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¿Por qué hay tanto sufrimiento?

¿Por qué hay tanto sufrimiento?

LOS clérigos que afirman tener la respuesta a esta cuestión suelen enseñar que el sufrimiento es castigo de Dios. Por ejemplo, unos días después del terremoto de Haití, un sacerdote de la capital dijo a sus feligreses que la catástrofe había sido un mensaje divino. Otras personas son menos dogmáticas. Según Elizabeth McAlister, profesora adjunta de Religión de Estados Unidos, muchos razonan así: “Por qué manda Dios estos desastres es un misterio que no nos corresponde a nosotros cuestionar. Nuestro deber consiste únicamente en tener fe”.

Pero ¿es cierto eso de que Dios manda el sufrimiento? La Biblia contesta con un rotundo no. El sufrimiento no entraba en su propósito para el hombre. Lo que sucedió fue que nuestros primeros padres se rebelaron contra la autoridad divina y decidieron fijar sus propias normas sobre lo bueno y lo malo. Le dieron la espalda al Creador y pagaron las consecuencias. Hoy experimentamos los efectos de su mala decisión. Dios no es de ningún modo el causante del sufrimiento; de ahí que la Biblia instruya: “Al estar bajo prueba, que nadie diga: ‘Dios me somete a prueba’. Porque con cosas malas Dios no puede ser sometido a prueba, ni somete a prueba él mismo a nadie” (Santiago 1:13). Ningún ser humano está exento de sufrir, ni siquiera los que gozan del favor divino. Piense en los siguientes casos:

  • El profeta Eliseo cayó enfermo de muerte (2 Reyes 13:14).

  • El apóstol Pablo escribió que seguía “padeciendo hambre y también sed y estando escasamente [vestido] y siendo [maltratado] y estando sin hogar” (1 Corintios 4:11).

  • El cristiano Epafrodito estaba enfermo y abatido (Filipenses 2:25, 26).

En ninguna parte leemos que Dios estuviera castigando a estos tres hombres por sus pecados. Pero además de aclarar que él no es el culpable de nuestros padecimientos, la Biblia identifica tres factores básicos que sí lo son.

La elección personal

“Cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará.” (Gálatas 6:7.) Si una persona decide fumar, conducir con imprudencia o despilfarrar el dinero, ciertamente tiene una parte de responsabilidad por cualquier sufrimiento que experimente.

También causan sufrimiento las decisiones egoístas de otras personas. Los hombres han perpetrado actos sumamente perturbadores, desde las atrocidades nazis hasta el abuso sexual infantil. Usando mal su libre albedrío, algunos ocasionan mucha aflicción a sus semejantes.

La casualidad

En el siglo I se desplomó una gran torre en Jerusalén y mató a dieciocho personas. Aludiendo a las víctimas de ese suceso, Jesús preguntó: “¿Piensan que aquellos dieciocho que fueron aplastados por la torre de Siloé eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén? ¡Les digo que no!” (Lucas 13:4, 5, Nueva Versión Internacional). Él sabía que no habían muerto por castigo de Dios, y además conocía este pasaje de las Escrituras: “El tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos” (Eclesiastés 9:11). Muchas desgracias ocurren por estar uno en el lugar equivocado en el momento equivocado. Pero también influye el error humano. Por ejemplo, los informes indican que el sufrimiento es mucho mayor cuando la gente pasa por alto las advertencias y cuando los edificios no se construyen para resistir terremotos y fenómenos meteorológicos. En estos casos, los sucesos imprevistos afectan a más personas, causando más sufrimiento.

“El gobernante de este mundo”

La Biblia afirma: “El mundo entero yace en el poder del inicuo” (Juan 12:31; 1 Juan 5:19). Ese inicuo es Satanás, una poderosa criatura espiritual a quien se llama el “gobernante de la autoridad del aire”, es decir, de la forma de pensar del mundo en general. El Diablo fomenta “el espíritu que ahora opera en los hijos de la desobediencia”, un espíritu de rebeldía contra Dios (Efesios 2:2). Hay delitos tan horripilantes —como el genocidio y el abuso sexual infantil— que a muchos les cuesta atribuirles un origen puramente humano.

¿Significa lo anterior que Dios es indiferente a nuestro sufrimiento? ¿O estará interesado en eliminarlo? ¿Podrá hacerlo?