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El don de la música

El don de la música

El don de la música

¿SE IMAGINA cómo sería la vida sin música? No habría dulces canciones de cuna ni serenatas románticas; tampoco habría alegres canciones populares ni sinfonías arrebatadoras ni inspiradoras melodías: ciertamente un panorama aburrido y sin atractivo para muchos.

En efecto, la música incide prácticamente en todo el abanico de las emociones humanas: nos relaja y nos excita, nos eleva y nos inspira, nos llena de euforia y nos arranca lágrimas. Como le habla directo al corazón, tiene mucho poder. ¿Por qué nos apasiona tanto la música? Muy sencillo: porque es un hermoso don de Dios (Santiago 1:17). Por ese motivo debe ser objeto de especial aprecio, debe ser edificante y debe estar al alcance de todos, tanto jóvenes como viejos.

La música tiene una historia antiquísima. Hay prueba arqueológica de que siglos antes de nuestra era, ya las tribus de África tocaban tambores, cuernos y campanas. Los chinos tocaban un tipo de armónica y de zampoña. En Egipto, India, Israel y Mesopotamia se tañía el arpa. Una de las alusiones históricas más concretas a la música se encuentra en la Biblia en Génesis 4:21, donde leemos que un hombre llamado Jubal fue el padre “de todos los que manejan el arpa y el caramillo”. Muchos siglos después, el rey Salomón de Israel sintió una gran afición por la música y se procuró las mejores maderas para construir arpas y otros instrumentos de cuerda (1 Reyes 10:11, 12).

Claro está, para disfrutar de la música instrumental en aquella época, uno tenía que tocar un instrumento o escuchar a alguien que lo hiciera. En cambio, hoy la música está al alcance de millones de personas con el simple toque de una tecla o el clic de un ratón; es más: puede grabarse o descargarse, y reproducirse en aparatos que caben en el bolsillo. Un sondeo realizado en 2009 en Estados Unidos reveló que los muchachos entre los 8 y los 18 años pasan más de dos horas diarias escuchando música y otras grabaciones de audio.

Esta tendencia, que se repite en otros lugares, ayuda a explicar por qué la música y las tecnologías relacionadas se han convertido en importantes productos comerciales. De hecho, la música es un gran negocio. Pero ¿se ha preguntado usted qué se necesita para que una canción se vuelva un éxito?

[Ilustración y recuadro de la página 3]

Música en línea

DOWNLOADING (descarga). A través de este mecanismo, el usuario paga por cada archivo de audio que descarga, el cual pasa a ser de su propiedad. El cliente también puede suscribirse —con frecuencia al firmar el contrato de telefonía móvil o al hacer ciertas compras—, lo que le permite descargar contenidos musicales y escucharlos durante el período de vigencia del contrato.

STREAMING (transferencia continua). Esta tecnología permite escuchar música de inmediato, pero sin que se almacenen los archivos. Gran parte de la música que se escucha mediante este sistema es gratuita, si bien algunos contenidos especializados se obtienen por suscripción.

[Ilustración de la página 3]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

Hitos en la historia de la grabación

Década de 1880

Disco fonográfico

Década de 1890

Hilo de acero

Década de 1940

Cinta magnetofónica de carrete abierto

Década de 1960

Cinta en casete compacto

Década de 1980

Disco compacto (CD)

Década de 1990

Archivos digitales de audio (formatos MP3, AAC, WAV, etc.)