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Vulgata

Vulgata

Traducción de la Biblia al latín, terminada cerca del año 405 de nuestra era por el erudito Eusebius Hieronymus, más conocido como Jerónimo.

En los días de Jerónimo, había varias traducciones de la Biblia en el llamado latín antiguo, pero no eran de buena calidad. Para corregir ese problema, a Jerónimo se le encargó la tarea de producir una traducción oficial en latín. Comenzó por los Evangelios, utilizando los manuscritos griegos que tenía a su disposición y que consideraba más confiables. Luego pasó a los Salmos, y de ahí al resto de las Escrituras Hebreas. Al principio basaba su traducción en la Septuaginta, pero después trabajó directamente a partir del hebreo. (Es posible que parte de la Vulgata haya sido traducida por otras personas). En su prólogo a los libros de Samuel y Reyes escribió: “Aun en la actualidad hallamos en ciertos manuscritos griegos el nombre de Dios, el Tetragrámaton [‏,‏[יהוה expresado con las letras antiguas”. De modo que Jerónimo reconoció que Dios tiene un nombre, pero no lo usó en su traducción.

Al principio, su obra no fue bien recibida, pero después disfrutó de amplia aceptación. Con el tiempo, su versión llegó a ser conocida como la Vulgata, nombre que proviene de una palabra latina que significa ‘común’, ‘popular’ o ‘del vulgo’. Después de varias revisiones, la Vulgata de 1592 (conocida como Sixto-Clementina) llegó a ser la versión oficial de la Iglesia católica romana. Miles de manuscritos de la Vulgata han sobrevivido hasta nuestros días.