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¿Debería usted rezarle a la Virgen María?

¿Debería usted rezarle a la Virgen María?

El punto de vista bíblico

¿Debería usted rezarle a la Virgen María?

MARÍA es un personaje bien conocido para casi todo el que sepa algo del cristianismo. La Sagrada Escritura dice que el Dios todopoderoso le confirió una bendición especial al elegirla como la futura madre de Jesús, cuyo nacimiento sería único, pues aquella joven era virgen al momento de concebirlo. Algunas iglesias de la cristiandad le han profesado durante largo tiempo veneración especial. Fue proclamada “madre de Dios” en el Concilio de Éfeso (año 431), y a mucha gente se le enseña hoy que debe rezarle. *

La gente sincera sabe que las oraciones deben dirigirse a la persona indicada. ¿Qué enseña la Biblia respecto a este asunto? ¿Deberían los cristianos rezarle a la Virgen María?

“Enséñanos a orar”

En el Evangelio de Lucas leemos que uno de los discípulos le pidió a Jesús: “Señor, enséñanos a orar”. El Maestro inició su respuesta con estas palabras: “Cuando oren, digan: ‘Padre, santificado sea tu nombre[’]”. En su Sermón del Monte, Jesús indicó igualmente a sus seguidores que dijeran en oración: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre” (Lucas 11:1, 2; Mateo 6:9).

Lo primero que notamos es que las oraciones, es decir, las palabras expresadas en actitud de adoración, deben ser dirigidas al Padre de Cristo, que es Jehová. En ninguna parte de la Biblia se nos autoriza a orar a otro ser. Y eso es de esperarse, pues como se le dijo a Moisés al dársele los Diez Mandamientos, Jehová es “un Dios que exige devoción exclusiva” (Éxodo 20:5).

¿Qué hay del rosario?

A muchos devotos de María se les ha enseñado que es posible conseguir favores recitando oraciones de memoria, como el avemaría y el padrenuestro. Para los católicos, “entre las devociones a María [...], una se destaca claramente: el Santo Rosario”, señala la Gran Enciclopedia Rialp. El rosario es una serie de cuentas ensartadas que se utiliza para hacer ordenadamente el rezo del mismo nombre en honor a la Virgen María. “Las cuentas van separadas de 10 en 10 por otras de distinto tamaño [...]. El rosario común consta de 5 de estas decenas [...]. En cada cuenta grande se dice un Padrenuestro, luego diez Avemarías (cuentas pequeñas), seguidas de un Gloria”, explica el Diccionario de religiones. ¿Escucha Dios con favor la recitación devota del rosario?

Para obtener una respuesta confiable, recurramos de nuevo a las indicaciones que Jesús dio a sus discípulos: “Al orar, no diga[n] las mismas cosas repetidas veces, así como la gente de las naciones, porque ellos se imaginan que por su uso de muchas palabras se harán oír” (Mateo 6:7). Vemos, pues, que Jesucristo condenó específicamente la repetición de oraciones hechas.

“Pero ¿no fue Jesús mismo quien enseñó a repetir el padrenuestro, que forma parte del rosario?”, quizás pregunte alguien. Debemos reconocer que Jesús sí enseñó una oración modelo, que es la que hoy conocemos como el padrenuestro o la oración del Señor. No obstante, hay que destacar que lo hizo justo después de advertir que no se dijeran “las mismas cosas repetidas veces”. Jesús no pretendía que la oración modelo se recitara de memoria, pues se usan términos diferentes en las dos veces que aparece en la Biblia (Mateo 6:9-15; Lucas 11:2-4). Las ideas son similares, pero no están enunciadas con las mismas palabras, lo cual nos hace concluir que tan solo estaba proporcionando modelos, o ejemplos, de cómo pueden orar sus seguidores y qué es apropiado que pidan. Sobre todo, sus palabras indicaron a quién se deben dirigir las oraciones.

Respeto a María

El hecho de que la Palabra de Dios no nos enseñe a dirigir nuestras oraciones a María de ningún modo representa una falta de respeto por su papel en el cumplimiento de los propósitos divinos. Las bendiciones que se otorgan mediante su Hijo resultarán en el bien eterno de la humanidad obediente. “Todas las generaciones me declararán feliz”, expresó ella misma, y su prima Elisabet la pronunció “bendita [...] entre las mujeres”. ¡Y sí que lo fue! María tuvo el maravilloso privilegio de ser elegida para dar a luz al Mesías (Lucas 1:42, 48, 49).

Sin embargo, María no es la única mujer a quien las Escrituras llaman “bendita”. Por sus actos en favor de la antigua nación de Israel, de Jael también se dijo que sería “muy bendita entre las mujeres” (Jueces 5:24). Jael y María, así como muchas otras mujeres fieles y devotas mencionadas en la Biblia, son, sin duda alguna, dignas de imitar, no de venerar.

María fue una discípula fiel de Jesús. Estuvo presente en varias ocasiones mientras él realizaba su ministerio terrestre, y también en el momento de su muerte. Tras la resurrección de Cristo, María y los hermanos de él “persistían de común acuerdo en oración”. Lo antedicho nos da razones para creer que, como ellos, también fue ungida con espíritu santo en el Pentecostés del año 33, por lo que tiene la esperanza de formar parte de la clase de la novia que reinará con Cristo en el cielo (Mateo 19:28; Hechos 1:14; 2:1-4; Revelación [Apocalipsis] 21:2, 9).

Ahora bien, nada de lo que acabamos de mencionar nos autoriza a dirigir nuestras oraciones a María. Las oraciones que nacen del corazón constituyen un rasgo esencial de la adoración, por lo que a los cristianos se nos exhorta: “Perseveren en la oración” (Romanos 12:12). No obstante, toda expresión pronunciada en actitud de adoración debe dirigirse solo a Jehová mediante Cristo Jesús (Mateo 4:10; 1 Timoteo 2:5).

[Nota]

^ párr. 3 El concepto de que María es la madre de Dios se basa en la doctrina no bíblica de la Trinidad, la cual afirma que Jesús es Dios.