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Gracia y belleza deslumbrantes

Gracia y belleza deslumbrantes

Gracia y belleza deslumbrantes

“Me enamoré de los caballos a primera vista. Son realmente hermosos, y la gracia de sus movimientos no tiene igual.” (TOMASZ, EXPERTO CRIADOR)

MUCHAS personas opinan que el caballo es el más hermoso de los animales por su gracia y su irrefrenable energía cuando se empina sobre sus patas traseras, cuando piafa o patea el suelo, cuando resopla soberbio, cuando se lanza valientemente al galope...

A lo largo de los siglos, en lugares con climas y terrenos muy diferentes, se han criado numerosas razas, pero la del purasangre árabe es considerada una de las más bellas. De él se dice que es apasionado, con una energía, velocidad, resistencia e inteligencia tales que lo hacen idóneo para el deporte.

Polonia, país centroeuropeo, cuenta con una larga tradición de cría de estos briosos corceles. Criadores y expertos por igual opinan que algunos de los purasangres más valiosos y con mejor pedigrí tienen vínculos con Polonia. ¿Por qué? Hemos hecho esta y otras preguntas a conocedores del tema.

La opinión de los entusiastas

Para empezar, averigüemos un poco más sobre el purasangre árabe. Siempre se ha relacionado a esta raza con el Oriente Medio. Tomasz explica: “Durante siglos, las tribus beduinas perfeccionaron y conservaron la pureza del caballo árabe. Esta preciada raza se obtuvo gracias a una estricta selección y al esmero de los criadores. Por lo general, los ejemplares son de color gris, castaño o rojizo y, alguna que otra vez, negro”.

Żaneta, criadora de caballos árabes, dice: “Son extraordinariamente hermosos, y se cree que son la raza más pura y antigua de todas”. Se les conoce no solo por su temperamento fogoso, sino también por su valentía y resistencia. Gracias a sus fuertes pulmones —alojados en una amplia y profunda caja torácica— son ideales para carreras de larga distancia.

De Arabia a Polonia

“¿Cómo llegaron los caballos árabes a Polonia?”, le preguntamos a Tomasz, propietario de un criadero en este país. “Es posible —responde él— que en un principio llegaran con un emisario real que volvía de alguno de sus numerosos viajes a la corte del sultán en el Estambul del siglo XVI, pero de lo que no cabe duda es de que el programa de crianza polaco data de finales del siglo XVIII.” Izabela Pawelec-Zawadzka, otra experta criadora, destaca el papel de cierto conde llamado Wacław Rzewuski. Siendo como era una autoridad en cultura oriental, “se convirtió en el impulsor y organizador de expediciones de importación de caballos de Arabia”, desde donde trajo 137 purasangres a Europa.

La persistencia y el entusiasmo de Rzewuski llevaron a la creación de la primera yeguada de caballos árabes polacos en Janów Podlaski, al este de Polonia, en el año 1817. “Los comienzos parecían prometedores. Había criadores expertos que cuidaban de los caballos —explica Tomasz—. Pero las dos guerras mundiales, que hicieron estragos en el corazón de Europa, causaron enormes pérdidas en las yeguadas polacas. La mayoría de los animales murieron, huyeron o fueron robados.” Sin embargo, algún tiempo después de la segunda guerra mundial se reemprendió con éxito el programa de cría.

En la actualidad hay por lo menos treinta criaderos de caballos árabes en Polonia. Doscientos años de tradición garantizan ejemplares de la mejor calidad. Este país se ha convertido en uno de los centros más importantes para la cría de esta raza, y las prestigiosas exhibiciones y subastas que organiza anualmente atraen a muchísimos expertos y aficionados de todo el mundo.

Los cuidados diarios del caballo árabe

La cría de caballos de gran calidad con pedigrí distinguido requiere que se los atienda bien. Małgorzata, otra propietaria de una cuadra, indica: “El cuidado del caballo árabe no es sencillo. Hay que suministrarle una dieta equilibrada y apropiada para su fogosidad a fin de mantener su estado físico y su bella estampa. Las yeguas que están a punto de parir precisan atención especial”. * ¿Cuál es la alimentación más adecuada?

Małgorzata continúa: “Empezamos el día dándoles heno, que les proporciona toda la nutrición necesaria e incluye vitaminas y minerales esenciales. La avena mezclada con paja cortada es especialmente nutritiva; la cebada y el salvado de trigo también son buenos. Pero los caballos prefieren el forraje verde y jugoso: hierba o alfalfa, así como papas, zanahorias y remolachas. En invierno compramos pienso preparado rico en proteínas. Como parte de su dieta, los caballos árabes también necesitan lamer terrones de sal que contengan minerales y hierbas para calmar su temperamento fogoso. No obstante, debe decirse que incluso el mejor heno o pienso no puede compararse con un buen pastizal. ¡Ah!, y una última cosa: necesitan tener acceso en todo momento al agua potable, pues nunca beberán agua sucia”.

El cuidado apropiado incluye prestar constante atención a la piel y el pelo. Esto significa limpiarlos meticulosamente, darles suaves masajes con cepillos especiales y acariciarlos con la mano. Sin embargo, como explica Tomasz, no basta con eso: “La limpieza diaria de las pezuñas es esencial, ya que previene varios tipos de enfermedades, entre ellas el cáncer. Tenemos que cuidar sobre todo ojos, narices, belfos y orejas”. Żaneta añade: “Para que el caballo esté en forma y se vea elegante, necesita espacio para correr y también arena, barro o hierba para revolcarse. Cuando suda después de trotar o galopar, hay que cubrirlo con una manta y más tarde limpiarlo”.

Los expertos destacan la importancia de tener en cuenta las necesidades específicas de cada ejemplar. Małgorzata lo expresa de esta forma: “Se cree que los caballos árabes tienen un sexto sentido. Les encanta la compañía humana, que los toquen y los abracen. Estas muestras de afecto aumentan la confianza del caballo en su jinete hasta el punto de que llega a sentir completa devoción por él. Se sabe que relinchan de alegría en respuesta a una sonrisa, un abrazo o una golosina, como una zanahoria o un terrón de azúcar. Los amantes de los caballos lo pasan realmente bien cuidándolos”. Tomasz describe su pasión por ellos: “Me enamoré de los caballos a primera vista. Son realmente hermosos, y la gracia de sus movimientos no tiene igual. Pero no es fácil ganarse su confianza. Me costó muchos años”.

El futuro del caballo

Desde tiempos inmemoriales, la gente se ha emocionado al contemplar la belleza, velocidad, agilidad, fuerza e inteligencia de los caballos —en especial de los de raza árabe— y ha forjado un vínculo singular con ellos. Tristemente, ese mismo vínculo se ha explotado para fines crueles en guerras en las que han muerto cientos de estos animales. Sin embargo, bajo el Reino de Dios, la gente solo usará los caballos para propósitos nobles, todo para la alabanza de su Creador, Jehová Dios.

[Nota]

^ párr. 14 El criador suele decidir cuándo es el mejor momento para que la yegua se quede preñada. Aunque las yeguas tienen la capacidad biológica de tener una cría al año, no necesariamente ocurre así. Viven de veinticinco a treinta años y paren entre quince y dieciocho potrillos.

[Ilustración de la página 15]

Yegua y potrillo

[Ilustraciones de la página 16]

El cuidado diario de un caballo árabe incluye:

1. Cepillado meticuloso de la piel y el pelo

2. Limpieza de las pezuñas

3. Muestras de afecto

[Ilustración de la página 17]

Sementales jugando en la nieve