Hechos de los Apóstoles 18:1-28

18  Después de esto, él se fue de Atenas y llegó a Corinto.  Allí encontró a un judío llamado Áquila,+ natural del Ponto. Recientemente había llegado de Italia con su esposa Priscila, porque Claudio había ordenado que todos los judíos se fueran de Roma. Así que Pablo fue adonde estaban ellos  y, como tenía el mismo oficio, se quedó en su casa y trabajó con ellos.+ Su oficio era hacer tiendas de campaña.  Todos los sábados,+ él daba un discurso en la sinagoga+ y convencía a judíos y a griegos.  Cuando Silas+ y Timoteo+ bajaron de Macedonia, Pablo se dedicó por completo a predicar la palabra. Les daba testimonio a los judíos y les demostraba que Jesús es el Cristo.+  Pero, como ellos no dejaban de ponerse en contra de él y lo insultaban, se sacudió la ropa+ y les dijo: “Ustedes son responsables de su propia muerte.+ Yo no tengo la culpa.+ De ahora en adelante iré a la gente de las naciones”.+  Así que se fue de allí y entró en la casa de Ticio Justo, un hombre que adoraba a Dios y que tenía su casa pegada a la sinagoga.  Pero Crispo,+ el presidente de la sinagoga, y toda su casa creyeron en el Señor. Y muchos de los corintios que oyeron el mensaje empezaron a creer y a bautizarse.  Es más, el Señor le dijo a Pablo en una visión durante la noche: “No tengas miedo. Sigue hablando y no calles, 10  porque yo estoy contigo+ y nadie te atacará para hacerte daño. Tengo a mucha gente en esta ciudad”. 11  Así que se quedó allí un año y seis meses enseñándoles la palabra de Dios. 12  Mientras Galión era procónsul de Acaya, los judíos se pusieron de acuerdo para atacar a Pablo y lo llevaron ante el tribunal. 13  Decían: “Este hombre está tratando de convencer a la gente para que adore a Dios de una manera que va en contra de la ley”.+ 14  Cuando Pablo estaba a punto de hablar, Galión les dijo a los judíos: “Si en realidad se tratara de alguna injusticia o de un delito grave, sería razonable que yo los escuchara con paciencia. 15  Pero, si se trata de cuestiones de palabras, de nombres y de su propia ley,+ encárguense ustedes del asunto. Yo no quiero ser juez de estas cosas”. 16  Entonces los echó del tribunal. 17  De modo que todos ellos agarraron a Sóstenes,+ el presidente de la sinagoga, y comenzaron a golpearlo enfrente del tribunal. Pero Galión no quiso involucrarse para nada en el asunto. 18  Pablo se quedó algunos días más. Después se despidió de los hermanos y se embarcó para Siria con Priscila y Áquila. En Cencreas+ se cortó el pelo porque había hecho un voto. 19  Cuando llegaron a Éfeso, los dejó allí. Pero él entró en la sinagoga y se puso a razonar con los judíos.+ 20  Aunque le pidieron que se quedara más tiempo, él no aceptó, 21  sino que se despidió y les dijo: “Si Jehová quiere, volveré a verlos”. Y se embarcó en Éfeso 22  y bajó a Cesarea.+ Entonces subió y saludó a la congregación. Luego bajó a Antioquía.+ 23  Después de pasar algún tiempo allí, se fue y viajó de un lugar a otro por toda la región de Galacia y Frigia+ fortaleciendo a todos los discípulos.+ 24  Ahora bien, un judío llamado Apolos,+ natural de Alejandría, llegó a Éfeso. Él era un hombre elocuente que conocía muy bien las Escrituras. 25  Fue instruido en el camino de Jehová y, lleno de fervor debido al espíritu, hablaba y enseñaba con exactitud acerca de Jesús, pero conocía solamente el bautismo de Juan.+ 26  Él comenzó a hablar con valor en la sinagoga, y, cuando Priscila y Áquila+ lo oyeron, se lo llevaron aparte y le explicaron con mayor exactitud el camino de Dios. 27  Además, como él quería ir a Acaya, los hermanos les escribieron a los discípulos para rogarles que lo recibieran amablemente. Cuando llegó allá, ayudó mucho a quienes se habían hecho creyentes mediante la bondad inmerecida de Dios, 28  porque en público y con determinación probó claramente que los judíos estaban equivocados, demostrándoles con las Escrituras que Jesús es el Cristo.+

Notas

Notas de estudio

Acaya. En las Escrituras Griegas Cristianas, Acaya era la provincia romana del sur de Grecia. Su capital era Corinto. En el año 27 antes de nuestra era, César Augusto reorganizó las dos provincias de Grecia: Macedonia y Acaya. La provincia llamada Acaya llegó a incluir todo el Peloponeso y una parte de la Grecia continental. Era administrada por el Senado romano y gobernada por un procónsul desde Corinto (2Co 1:1). En las Escrituras Griegas Cristianas se mencionan otras ciudades de esta provincia, como son Atenas y Cencreas (Hch 18:1, 18; Ro 16:1). Acaya se menciona frecuentemente junto a la provincia vecina del norte, Macedonia (Hch 19:21; Ro 15:26; 1Te 1:7, 8). Ver apén. B13.

Corinto. Una de las primeras y más importantes ciudades de la antigua Grecia. Se encontraba a unos 5 km (3 mi) al suroeste de la Corinto actual. Su gran riqueza e importancia se debía sobre todo a su estratégica ubicación en el istmo (franja estrecha de tierra) que conectaba la parte central de Grecia con la península del Peloponeso, al sur. Las rutas comerciales a través del istmo eran más seguras que las que rodeaban Grecia por mar. Por eso Corinto controlaba el tráfico terrestre de mercancías entre el norte y el sur de Grecia y el tráfico marítimo entre el este y el oeste del mar Mediterráneo. Acaya, que era como llamaban los romanos a la parte de Grecia que no incluía la región de Macedonia, se convirtió en una provincia senatorial durante el reinado de César Augusto. Corinto era la capital (ver la nota de estudio de Hch 18:12). La ciudad contaba con una numerosa comunidad judía y una sinagoga, lo que atrajo a algunos griegos a las creencias judías (Hch 18:4). El escritor del siglo primero Filón de Alejandría confirma la presencia de judíos en la antigua Corinto. También la confirma una antigua inscripción griega en un dintel de mármol encontrado cerca de la puerta que llevaba al puerto de Lequeo. La inscripción dice “[syna]gōguḗ hebr[áiōn]”, que significa ‘sinagoga de los hebreos’. Algunos creen que esta pieza de mármol es de tiempos de Pablo, pero la mayoría piensa que es posterior. Ver apén. B13.

Áquila. En las Escrituras Griegas Cristianas, se describe a este fiel cristiano y a su leal esposa, Priscila (también conocida como Prisca), como “colaboradores” de Pablo (Ro 16:3). Se los menciona un total de seis veces (Hch 18:18, 26; 1Co 16:19; 2Ti 4:19), y siempre juntos. Priscila es el diminutivo de Prisca. En sus escritos, Pablo usa la forma breve del nombre y Lucas la más larga. Estas variaciones eran comunes en los nombres romanos. En algún momento del año 49 o a principios del año 50 de nuestra era, el emperador Claudio decretó que los judíos fueran expulsados de Roma. Por eso, Áquila y Priscila se establecieron en Corinto. Pablo llegó a la ciudad en el otoño (septiembre-octubre) del año 50 y, como los tres tenían el mismo oficio de hacer tiendas de campaña, trabajaron juntos. Seguro que Áquila y Priscila fueron de gran ayuda a Pablo para fortalecer la nueva congregación. Áquila era natural del Ponto, una región situada en el norte de Asia Menor a orillas del mar Negro. Ver apén. B13.

hacer tiendas de campaña. Aquí se usa el término griego skēnopoiós para describir el oficio de Pablo, Áquila y Priscila. Hay diferentes opiniones sobre el tipo de trabajo manual al que se refiere. Podría tratarse de hacer tiendas de campaña, tejer tapices o fabricar cuerdas. Sin embargo, son muchos los expertos que piensan que hacer tiendas es el significado más probable. Pablo era originario de Tarso en Cilicia, una región famosa por su tejido hecho de pelo de cabra (en latín, cilicium) con el que se fabricaban las tiendas de campaña (Hch 21:39). Entre los judíos del siglo primero de nuestra era, se veía bien que un joven aprendiera un oficio aunque luego también fuera a recibir educación superior. Así que es posible que Pablo lo aprendiera cuando era joven. No era un trabajo fácil. Se dice que el tejido con el que se fabricaban las tiendas de campaña era duro y áspero y, por lo tanto, difícil de cortar y coser.

daba un discurso. O “razonaba con la gente”. El verbo griego empleado aquí (dialégomai) se ha definido como ‘conversar o debatir’. Puede referirse tanto a pronunciar un discurso de carácter didáctico como a un intercambio de opiniones entre personas. Esta palabra griega se emplea también en Hch 17:2, 17; 18:19; 19:8, 9; 20:7, 9.

se dedicó por completo a predicar la palabra. O “se entregó de lleno a la palabra”. Esta frase indica que, a partir de ese momento, Pablo empezó a dedicar todo su tiempo a la predicación.

ellos se sacudieron el polvo de los pies contra ellos. Aquí Pablo y Bernabé siguieron las instrucciones de Jesús registradas en Mt 10:14; Mr 6:11; Lu 9:5. Algunos judíos santurrones que viajaban por tierras gentiles, antes de volver a entrar en su territorio, se sacudían el polvo de las sandalias porque lo consideraban impuro. Sin embargo, parece que Jesús quería decir otra cosa cuando les dio estas instrucciones a sus seguidores. Con este gesto, los discípulos demostrarían que no se harían responsables por lo que les sucediera a esas personas cuando fueran juzgadas por Dios. Cuando Pablo hizo algo similar en Corinto sacudiéndose la ropa, añadió esta explicación: “Ustedes son responsables de su propia muerte. Yo no tengo la culpa”. Ver la nota de estudio de Hch 18:6.

sacúdanse el polvo de los pies. Algunos judíos santurrones que viajaban por tierras gentiles, antes de volver a entrar en su territorio, se sacudían el polvo de las sandalias porque lo consideraban impuro. Sin embargo, parece que Jesús quería decir otra cosa cuando les dio estas instrucciones a sus seguidores. Con este gesto, los discípulos demostrarían que no se harían responsables por lo que les sucediera a esas personas cuando fueran juzgadas por Dios. Se usa una expresión similar en Mt 10:14 y Mr 6:11. Marcos añade la expresión “para que les sirva de testimonio a ellos”, mientras que Lucas dice “para que sirva de testimonio contra ellos”. Pablo y Bernabé siguieron esa instrucción en Antioquía de Pisidia (Hch 13:51). Pablo hizo algo similar en Corinto sacudiéndose la ropa y diciendo: “Ustedes son responsables de su propia muerte. Yo no tengo la culpa” (Hch 18:6).

¡Nosotros y nuestros hijos nos hacemos responsables de su muerte! O “¡Que venga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!”.

estoy limpio de la sangre de todo hombre. A los ojos de Dios, Pablo no era culpable del pecado de derramar sangre, porque había cumplido con su deber de predicar las buenas noticias del Reino. No le había negado a nadie la oportunidad de oír este mensaje que salva vidas (Hch 18:6; comparar con Eze 33:6-8). Pablo les transmitió “toda la voluntad de Dios” a los discípulos de Éfeso porque no quería que ninguno perdiera la vida en el día de juicio de Dios (Hch 20:27). Otra manera como un cristiano puede hacerse culpable a los ojos de Dios de derramar sangre es quitándole la vida a alguien, ya sea a propósito o sin querer. Esto incluye apoyar de forma activa o tácita las actividades de una organización culpable de derramar sangre, como “Babilonia la Grande” (Ap 17:6; 18:2, 4) u otras organizaciones que han derramado sangre inocente (Ap 16:5, 6; comparar con Is 26:20, 21). Además, comer o beber sangre de cualquier forma también lo haría a uno culpable de este pecado (Hch 15:20).

se sacudió la ropa. Con este gesto, Pablo indicó que no se consideraba responsable de la vida de los judíos de Corinto. Él había cumplido con su obligación de transmitirles el mensaje salvador acerca de Jesucristo. Pero ellos se habían negado a aceptarlo, así que no se le podría pedir cuentas a Pablo por lo que les pasara (ver la nota de estudio de Ustedes son responsables de su propia muerte en este versículo). Este gesto se menciona en otras ocasiones en las Escrituras. Hablando con los judíos que habían regresado a Jerusalén, Nehemías se sacudió los pliegues de su prenda de vestir para indicar que el que no cumpliera cierta promesa sería rechazado por Dios (Ne 5:13). Pablo hizo algo parecido en Antioquía de Pisidia cuando se sacudió el polvo de los pies contra los que se oponían a él en esa ciudad. Ver las notas de estudio de Hch 13:51; Lu 9:5.

Ustedes son responsables de su propia muerte. Lit. “Que la sangre de ustedes esté sobre sus cabezas”. Esta expresión literal indica que Pablo no se consideraba responsable de lo que les pasara a los judíos que se negaban a aceptar el mensaje acerca de Jesús, el Mesías. En otros lugares de las Escrituras Hebreas se usan expresiones parecidas para indicar que el que sigue un mal camino es responsable de su propia muerte (Jos 2:19, nota; 2Sa 1:16, nota; 1Re 2:37, nota; Eze 33:2-4, nota; ver la nota de estudio de Mt 27:25). A continuación, Pablo dice “yo no tengo la culpa” (lit. “yo estoy limpio”) o, en otras palabras, “yo soy inocente”, “yo he cumplido con mi deber” o “yo no me hago responsable”. Ver la nota de estudio de Hch 20:26.

Jehová le abrió el corazón por completo. Aquí se dice que Lidia “adoraba a Dios”. Esta expresión da a entender que era una prosélita judía (Hch 13:43). Ese sábado se había reunido con otras mujeres en un lugar de oración junto a un río fuera de las murallas de Filipos (Hch 16:13). Quizás estuvieran allí porque en la ciudad no había muchos judíos ni una sinagoga. Es posible que Lidia ya conociera a Jehová en su ciudad de origen, Tiatira, donde había una gran comunidad judía que tenía su propio lugar de reunión. Jehová, el Dios al que ella adoraba, se dio cuenta de que “estaba escuchando” con atención. Ver apén. C3 (introducción y explicación de Hch 16:14).

se fue de allí. Esto quiere decir que Pablo se trasladó de la sinagoga a la casa de Ticio Justo para seguir predicando. Mientras estuvo en Corinto, el apóstol vivió en la casa de Áquila y Priscila, pero parece que la casa de Justo se convirtió en el centro desde donde realizaba su ministerio (Hch 18:3).

Ticio Justo. Creyente corintio de quien se dice que “adoraba a Dios”. Esta expresión indica que era un prosélito judío. Ver las notas de estudio de Hch 13:43; 16:14.

que adoraban a Dios. El término griego sébomai, que aquí se traduce como “que adoraban a Dios”, significa ‘adorar’, ‘reverenciar’ o ‘venerar’. También puede traducirse como “que temían a Dios” o “que eran devotos” (ver la nota de estudio de Hch 13:50). La Peshitta en siriaco dice “que temían a Dios”. Una traducción de las Escrituras Griegas Cristianas al hebreo (señalada con la referencia J18 en el apén. C4) usa aquí el nombre de Dios. Así que la expresión completa podría traducirse como “que temían a Jehová”.

procónsul. Título del gobernador de una provincia que dependía del Senado romano. Algunas provincias romanas, como Judea, eran provincias imperiales directamente gobernadas por el emperador, quien nombraba a un gobernador. Como Chipre se convirtió en una provincia senatorial en el año 22 antes de nuestra era, era gobernada por un procónsul. En una moneda descubierta en Chipre se ve, por un lado, la cabeza y el título del emperador romano Claudio (escrito en latín) y, por el otro, la inscripción “Bajo Cominio Proclo, procónsul de los chipriotas” (escrita en griego). Ver glosario.

procónsul. Gobernador de una provincia que dependía del Senado romano. Según indica Lucas, Galión era procónsul de la provincia de Acaya. Acaya fue una provincia senatorial entre los años 27 antes de nuestra era y 15 de nuestra era, y volvió a serlo a partir del año 44 de nuestra era. Así que el título “procónsul” está bien utilizado en este versículo (ver la nota de estudio de Hch 13:7). En Delfos se encontró una inscripción que habla del procónsul Galión. Esto no solo confirma la exactitud del relato de Lucas, sino que también ayuda a determinar cuándo gobernó Galión.

Acaya. En las Escrituras Griegas Cristianas, Acaya era la provincia romana del sur de Grecia. Su capital era Corinto. En el año 27 antes de nuestra era, César Augusto reorganizó las dos provincias de Grecia: Macedonia y Acaya. La provincia llamada Acaya llegó a incluir todo el Peloponeso y una parte de la Grecia continental. Era administrada por el Senado romano y gobernada por un procónsul desde Corinto (2Co 1:1). En las Escrituras Griegas Cristianas se mencionan otras ciudades de esta provincia, como son Atenas y Cencreas (Hch 18:1, 18; Ro 16:1). Acaya se menciona frecuentemente junto a la provincia vecina del norte, Macedonia (Hch 19:21; Ro 15:26; 1Te 1:7, 8). Ver apén. B13.

Cencreas. Uno de los puertos de Corinto. Se encuentra en un estrecho istmo a 11 km (7 mi) al este de Corinto, en el lado que da al golfo Sarónico. En el lado opuesto del istmo está el puerto de Lequeo. Cencreas era el puerto para los lugares al este de Grecia, y Lequeo, para Italia y otros lugares al oeste de Grecia. Todavía hoy se encuentran restos de edificios y rompeolas cerca del pueblo de Kekhries. Según Ro 16:1, en Cencreas había una congregación cristiana. Ver apén. B13.

si Jehová quiere. Esta expresión destaca la necesidad de que el cristiano tome a Dios en cuenta siempre que hace o planea hacer algo. El propio apóstol Pablo tuvo muy presente este principio (Hch 18:21; 1Co 16:7; Heb 6:3). Igualmente, el discípulo Santiago animó a sus lectores a decir: “Si Jehová quiere, viviremos y haremos esto o aquello” (Snt 4:15). Santiago no estaba dando a entender que los cristianos deben decir siempre esas palabras en voz alta, y mucho menos usarlas de forma supersticiosa o como una frase vacía. Más bien, tienen que esforzarse por conocer la voluntad de Dios y luego actuar de acuerdo con ella.

la voluntad de Jehová. En las Escrituras Griegas Cristianas, el término griego thélēma (“voluntad”) se refiere la mayoría de las veces a la voluntad de Dios (Mt 7:21; 12:50; Mr 3:35; Ro 12:2; 1Co 1:1; Heb 10:36; 1Pe 2:15; 4:2; 1Jn 2:17). En la Septuaginta se usa con frecuencia para traducir las expresiones hebreas que se refieren a la voluntad de Dios, o lo que le gusta o le complace, y suele aparecer en pasajes donde el texto hebreo original usa el nombre de Dios (Sl 40:8, 9 [39:9, 10, LXX]; 103:21 [102:21, LXX]; 143:9-11 [142:9-11, LXX]; Is 44:24, 28; Jer 9:24 [9:23, LXX]; Mal 1:10). Jesús expresó una idea parecida cuando, según Mt 26:42, le dijo a su Padre en oración: “Que se haga tu voluntad”. Ver apén. C3 (introducción y explicación de Hch 21:14).

Si Jehová quiere. Expresión que destaca la importancia de tener presente la voluntad de Jehová a la hora de hacer o de planificar algo. El apóstol Pablo siempre tuvo este principio en mente (1Co 4:19; 16:7; Heb 6:3). El discípulo Santiago también animó a sus lectores a decir: “Si Jehová quiere, viviremos y haremos esto o aquello” (Snt 4:15). Estas palabras no deben ser frases vacías. La persona que dice sinceramente “si Jehová quiere” debe intentar actuar de acuerdo con la voluntad de Jehová. Estas palabras no siempre se dicen de forma audible. Es muy frecuente que se digan únicamente en el corazón. Ver las notas de estudio de Hch 21:14; 1Co 4:19; Snt 4:15 y el apén. C3 (introducción y explicación de Hch 18:21).

subió. Aunque el texto griego no lo indica específicamente, parece que Pablo se dirigía a Jerusalén. Esta ciudad se encuentra a unos 750 m (2.500 ft) sobre el nivel del mar. Por eso las Escrituras hablan con frecuencia de siervos de Dios que “suben a Jerusalén”. De hecho, usan muchas veces el verbo griego anabáinō (“subir”) cuando Jerusalén es el destino (Mt 20:17; Mr 10:32; Lu 18:31; 19:28; Jn 2:13; 5:1; 11:55; Hch 11:2; 21:12; 24:11; 25:1, 9; Gál 2:1). En este versículo también aparece el verbo katabáinō (“bajar”), que a veces se usa cuando se habla de salir de Jerusalén (Mr 3:22; Lu 10:30, 31; Hch 24:1, 22; 25:7).

Apolos. Cristiano judío que aparentemente se crio en Alejandría. Esta ciudad, famosa por ser un centro de educación superior y por su gran biblioteca, era la capital de la provincia romana de Egipto. Era la ciudad más grande del Imperio romano después de Roma y tenía una numerosa comunidad judía. Fue uno de los más importantes centros de conocimiento y cultura tanto para judíos como para griegos. De hecho, allí se preparó la traducción al griego de las Escrituras Hebreas conocida como Septuaginta. Todo este contexto ayuda a entender por qué se dice que Apolos “conocía muy bien las Escrituras” (lit. “era poderoso en las Escrituras”), refiriéndose a las Escrituras Hebreas inspiradas.

Jehová. Aquí se cita de Is 40:3. En el texto hebreo original aparece el nombre divino, representado por cuatro consonantes hebreas que se transliteran como YHWH (ver apén. C). Marcos aplica esta profecía a lo que hizo “Juan el Bautista” (Mr 1:4) para prepararle el camino a Jesús. Ver las notas de estudio de Mt 3:3; Jn 1:23.

Jehová. Aquí se cita de Is 40:3. En el texto hebreo original aparece el nombre divino, representado por cuatro consonantes hebreas que se transliteran como YHWH (ver apéns. A5 y C). Los escritores de los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas le aplican esta profecía a Juan el Bautista. Pero en el Evangelio de Juan es el propio Juan el Bautista el que se la aplica a sí mismo. Juan haría que el camino de Jehová quedara recto en el sentido de que precedería a Jesús, quien representaría a su Padre y vendría en el nombre de él (Jn 5:43; 8:29).

del Camino. Como se explica en la nota de estudio de Hch 9:2, esta expresión se usaba para referirse a la congregación cristiana de aquel tiempo. El cristianismo verdadero no es una cuestión de apariencias o una simple adoración formal. Es un modo de vida guiado por el espíritu santo y centrado en la adoración a Dios (Jn 4:23, 24). En este versículo, la Peshitta siriaca dice “el camino de Dios”, la recensión clementina de la Vulgata latina dice “el camino del Señor” y algunas traducciones de las Escrituras Griegas Cristianas al hebreo (señaladas con las referencias J17, 18 en el apén. C4) utilizan el nombre de Dios y dicen “el camino de Jehová”.

el espíritu lo impulsó a ir. O “la fuerza activa lo impulsó a ir”. Aquí la palabra griega pnéuma se refiere al espíritu de Dios, el cual puede actuar como una fuerza motivadora que impulse a una persona a comportarse de acuerdo con la voluntad de Dios (Lu 4:1). Ver glosario, espíritu.

instruido. El verbo griego katēkhéō significa literalmente ‘hacer resonar hacia abajo’ y puede incluir la idea de dar instrucción oral. Cuando las verdades de la Palabra de Dios se hacen resonar una y otra vez en la mente y el corazón del estudiante, se lo capacita para enseñar a otros. Comparar con Gál 6:6, donde este mismo verbo griego aparece dos veces.

el camino de Jehová. En el versículo siguiente se usa la expresión “el camino de Dios”, que tiene el mismo significado. En el libro de Hechos se llama el “Camino” o “este Camino” a la forma de vida cristiana, que se centra en la adoración del único Dios verdadero, Jehová, y en la fe en su Hijo, Jesucristo (Hch 19:9, 23; 22:4; 24:22; ver la nota de estudio de Hch 9:2). La expresión “el camino de Jehová” también aparece cuatro veces en los relatos de los Evangelios, donde se cita de Is 40:3 (ver las notas de estudio de Mt 3:3; Mr 1:3; Lu 3:4; Jn 1:23). En Is 40:3, el texto hebreo original usa el Tetragrámaton. La expresión “el camino de Jehová” también aparece en Jue 2:22; Jer 5:4, 5. Ver la nota de estudio de Hch 19:23 y el apén. C3 (introducción y explicación de Hch 18:25).

lleno de fervor debido al espíritu. Lit. “ferviente en el espíritu”. El término griego para “lleno de fervor” significa literalmente ‘hervir’. Pero aquí se usa en sentido metafórico para describir a alguien rebosante de entusiasmo. En esta expresión, la palabra griega para “espíritu” (pnéuma) parece referirse al espíritu santo de Dios, que puede actuar como una fuerza motivadora que impulsa y da fuerzas a alguien para comportarse de acuerdo con la voluntad de Jehová (ver la nota de estudio de Mr 1:12). Pero esta misma palabra griega también puede aludir a la motivación que sale del corazón simbólico de una persona y hace que haga o diga cosas de cierta manera. Así que puede que en este versículo se transmita una combinación de ambas ideas: que alguien demuestra un gran entusiasmo por las cosas correctas y que se deja guiar por el espíritu de Dios. Sin embargo, algunos creen que, en este contexto, toda la expresión es tan solo una frase hecha que indica un gran entusiasmo. Esto explicaría por qué Apolos estaba “lleno de fervor debido al espíritu” a pesar de no conocer el bautismo en el nombre de Jesús. En cualquier caso, el espíritu o la motivación de Apolos necesitaba dejarse guiar por el espíritu de Dios para que él pudiera mostrar entusiasmo por las cosas correctas y estar dispuesto a aceptar enseñanzas más exactas. Ver glosario, espíritu.

el bautismo de Juan. Este bautismo era una demostración pública de que alguien estaba arrepentido por los pecados que había cometido contra la Ley que Jehová le había dado a Moisés y que los judíos se habían comprometido a obedecer (Éx 24:7, 8). Sin embargo, este bautismo dejó de ser válido después del Pentecostés del año 33, pues el pacto de la Ley ya no estaba en vigor (Ro 10:4; Gál 3:13; Ef 2:13-15; Col 2:13, 14). A partir de ese momento, el único bautismo aprobado por Jehová era el que Jesús les enseñó a realizar a sus discípulos (Mt 28:19, 20). Los sucesos relacionados con Apolos que se mencionan aquí ocurrieron alrededor del año 52.

del Camino. En el libro de Hechos se usa esta expresión para referirse al modo de vida cristiano y a la congregación cristiana de aquel tiempo. La expresión quizás tenga su origen en las palabras de Jesús registradas en Jn 14:6, donde dice: “Yo soy el camino”. Los que se convertían en discípulos de Jesús seguían su ejemplo en la vida y andaban en el camino marcado por él. Por eso se decía que pertenecían al Camino (Hch 19:9). Para Jesús lo más importante en la vida era adorar al único Dios verdadero, Jehová. En el caso de los cristianos, su forma de vivir también implicaba poner su fe en Jesucristo. Posiblemente ya en el año 44, en Antioquía de Siria, “por dirección divina, a los discípulos se les llamó cristianos” (Hch 11:26). Aun después de que se les diera este nombre, Lucas siguió refiriéndose a la congregación como el “Camino” o “este Camino” (Hch 19:23; 22:4; 24:22). Ver las notas de estudio de Hch 18:25; 19:23.

Jehová. Aquí se cita de Is 40:3. En el texto hebreo original aparece el nombre divino, representado por cuatro consonantes hebreas que se transliteran como YHWH (ver apén. C). Mateo relaciona esta profecía con lo que hizo Juan el Bautista al preparar el camino para el representante de Jehová, Jesús. En Jn 1:23, Juan el Bautista explica que él mismo cumple esta profecía.

Jehová. Aquí se cita de Is 40:3. En el texto hebreo original aparece el nombre divino, representado por cuatro consonantes hebreas que se transliteran como YHWH (ver apén. C). Lucas le aplica esta profecía a Juan el Bautista. Él prepararía el camino de Jehová en el sentido de que le abriría el camino a Jesús, quien vendría en el nombre de su Padre y sería su representante (Jn 5:43; 8:29). Según el apóstol Juan, el propio Juan el Bautista se aplica a sí mismo esta profecía (Jn 1:23).

de Dios. Aunque el texto griego original solo dice “mediante la bondad inmerecida” y no añade “de Dios”, muchos expertos concuerdan en que la idea está implícita. En el libro de Hechos, la mayoría de las veces que aparece la expresión “bondad inmerecida” está relacionada con “Dios” (Hch 11:23; 13:43; 14:26; 20:24, 32).

Multimedia

Sinagoga en la ciudad de Ostia
Sinagoga en la ciudad de Ostia

En la fotografía se ven las ruinas de una sinagoga en la ciudad de Ostia, que servía de puerto de Roma. Aunque el edificio ha sufrido muchas alteraciones y renovaciones, se cree que la estructura original era una sinagoga construida en la segunda mitad del siglo primero. Su existencia indica que hubo judíos viviendo en los alrededores de Roma por mucho tiempo. Aunque el emperador Claudio expulsó a los judíos de la ciudad de Roma alrededor del año 49 o del 50, es posible que algunas comunidades judías se quedaran por la zona (Hch 18:1, 2). Tras la muerte de Claudio en el año 54, muchos judíos regresaron a la ciudad. De ahí que, cuando Pablo escribió su carta a los cristianos de Roma alrededor del año 56, la congregación estuviera formada por judíos y gentiles. Esto explica por qué Pablo trató temas relacionados con los dos grupos para ayudarlos a vivir en unidad (Ro 1:15, 16).

1. Roma

2. Ostia

Corinto: una próspera ciudad
Corinto: una próspera ciudad

Durante sus viajes misioneros, el apóstol Pablo visitó Corinto en más de una ocasión. La primera vez se quedó allí 18 meses (Hch 18:1, 11; 20:2, 3). En aquella época, la ciudad era ya un próspero centro comercial, en gran parte gracias a su situación estratégica en el istmo de Corinto, la estrecha franja de tierra que conecta la península del Peloponeso con la Grecia continental. Esto le permitía controlar el tráfico de mercancías de los dos puertos cercanos: Lequeo y Cencreas. Corinto era el punto de encuentro de comerciantes y viajeros de todo el Imperio romano, lo que la convertía en un lugar ideal para predicar. Este video da más detalles sobre la historia de Corinto y algunos hallazgos arqueológicos, como la inscripción de Erasto. También permite hacerse una idea del aspecto que pudieron tener en los días de Pablo la plaza de mercado (ágora), el tribunal (bema) y uno de sus teatros.

Emperador Claudio
Emperador Claudio

El emperador romano Claudio es mencionado dos veces por nombre en el libro de Hechos (Hch 11:28; 18:2). Fue el cuarto emperador de Roma y gobernó desde el año 41 hasta el 54 de nuestra era. Sucedió a su sobrino Calígula, que gobernó entre los años 37 y 41 y no aparece en la Biblia. Alrededor del año 49 o del 50, Claudio ordenó que todos los judíos se fueran de Roma. Como resultado, Priscila y Áquila se mudaron a Corinto, donde conocieron al apóstol Pablo. Claudio murió en el año 54, supuestamente envenenado por su cuarta esposa. El emperador Nerón fue su sucesor.

Inscripción con el nombre de Galión
Inscripción con el nombre de Galión

Esta inscripción se encontró en Delfos (Grecia) y data de mediados del siglo primero de nuestra era. En ella se menciona al procónsul Galión (el nombre se ve resaltado). Esto demuestra que Hch 18:12 es exacto al decir que “Galión era procónsul de Acaya” cuando los judíos de Corinto llevaron al apóstol Pablo ante él para que lo juzgara.

Tribunal de Corinto
Tribunal de Corinto

En la fotografía se ven las ruinas del tribunal (o bema) de Corinto. Consistía en una plataforma amplia y elevada desde donde se hablaba al público y desde donde un magistrado anunciaba sus sentencias. El tribunal de Corinto estaba situado cerca del centro del ágora de la ciudad, que era una gran área pública. Era una estructura de mármol blanco y azul, y estaba muy decorado. La gente que iba a dirigirse al magistrado esperaba en unas salas que estaban pegadas a la plataforma y que tenían suelos de mosaico y bancos. Aquí también se ve una representación artística de cómo pudo haber sido el tribunal de Corinto en el siglo primero de nuestra era. Se cree que este fue el lugar adonde los judíos llevaron a Pablo para presentarlo ante el procónsul Galión.

Puerto de la antigua Cencreas
Puerto de la antigua Cencreas

Aquí se ven los restos del puerto de la antigua Cencreas. Parece que allí se embarcó Pablo en dirección a Éfeso durante su segundo viaje misionero (Hch 18:18). Cencreas se encontraba en un estrecho istmo a unos 11 km (7 mi) al este de Corinto, en el lado que da al golfo Sarónico. Estaba unida a Corinto por una serie de fortificaciones militares. En el siglo primero, Cencreas era el puerto de Corinto para los lugares al este de Grecia, y Lequeo, que estaba situado en el lado opuesto del istmo, era el puerto para Italia y otros lugares al oeste de Grecia.

Cesarea
Cesarea

1. Teatro romano

2. Palacio

3. Hipódromo

4. Templo pagano

5. Puerto

En este video de las ruinas de Cesarea se ven reconstrucciones en 3D de estos edificios que nos permiten imaginar cómo eran. La ciudad de Cesarea y su puerto fueron construidos por Herodes el Grande hacia el final del siglo primero antes de nuestra era. Recibió su nombre en honor a César Augusto. Se encuentra a unos 87 km (54 mi) al noroeste de Jerusalén, en la costa mediterránea. En su día llegó a ser un importante centro marítimo. Allí había un teatro romano (1), un palacio que se adentraba en el mar (2), un hipódromo, donde se llevaban a cabo carreras de caballos y donde se cree que había lugar para unos 30.000 espectadores (3), y un templo pagano (4). El puerto artificial (5) era una maravilla de la ingeniería. La ciudad tenía un acueducto que le suministraba agua y su propio sistema de alcantarillado. El apóstol Pablo y otros cristianos viajaron hacia y desde Cesarea en barco (Hch 9:30; 18:21, 22; 21:7, 8, 16). Pablo estuvo dos años preso en la ciudad (Hch 24:27). Felipe el evangelizador viajó a Cesarea al final de una gira de predicación y quizás se estableció allí (Hch 8:40; 21:8). Cornelio, que fue el primer gentil incircunciso que se hizo cristiano, vivía en la ciudad (Hch 10:1, 24, 34, 35, 45-48). Es probable que Lucas escribiera su Evangelio en Cesarea.

Hechos de los Apóstoles: Tercer viaje misionero de Pablo (Hch 18:23-21:17) c. 52-56 e.c.
Hechos de los Apóstoles: Tercer viaje misionero de Pablo (Hch 18:23-21:17) c. 52-56 e.c.

Los sucesos se presentan en orden cronológico.

1. Pablo parte de Antioquía de Siria hacia Galacia y Frigia, y fortalece a los discípulos de las congregaciones (Hch 18:23).

2. Viaja por las regiones interiores y llega a Éfeso, donde algunos vuelven a ser bautizados y reciben espíritu santo (Hch 19:1, 5-7).

3. Predica en la sinagoga de Éfeso, pero algunos judíos se niegan a creer; Pablo se traslada a la sala de conferencias de la escuela de Tirano, donde da discursos todos los días (Hch 19:8, 9).

4. El ministerio de Pablo en Éfeso da mucho fruto (Hch 19:18-20).

5. Se produce un alboroto en el teatro de Éfeso (Hch 19:29-34).

6. Pablo viaja de Éfeso a Macedonia y luego a Grecia (Hch 20:1, 2).

7. Se queda tres meses en Grecia y después regresa por Macedonia (Hch 20:3).

8. Desde Filipos, viaja a Troas; allí resucita a Eutico (Hch 20:5-11).

9. Los compañeros de viaje de Pablo llegan a Asón por barco; Pablo llega por tierra y se une a ellos (Hch 20:13, 14).

10. Pablo y sus compañeros llegan a Mileto por barco; Pablo se reúne ahí con los ancianos de Éfeso y les da muchos consejos (Hch 20:14-35).

11. Pablo ora con los ancianos, que están tristes porque saben que no volverán a verlo; los ancianos lo acompañan hasta el barco (Hch 20:36-38).

12. Desde Mileto, Pablo y sus compañeros navegan hacia Cos y luego hacia Rodas y Pátara, donde se suben a un barco hacia Siria; pasan cerca del extremo suroeste de la isla de Chipre y llegan a Tiro (Hch 21:1-3).

13. Mediante el espíritu, los discípulos de Tiro le dicen una y otra vez a Pablo que no ponga un pie en Jerusalén (Hch 21:4, 5).

14. Pablo llega a Cesarea; el profeta Ágabo le advierte que le esperan grandes dificultades en Jerusalén (Hch 21:8-11).

15. Pablo llega a Jerusalén a pesar del peligro que supone (Hch 21:12-15, 17).