Carta a los Romanos 1:1-32

1  De Pablo, esclavo de Cristo Jesús y llamado a ser apóstol, apartado para anunciar las buenas noticias* de Dios,+  que él ya había prometido mediante sus profetas en las santas Escrituras+  y que hablan de su Hijo. Él vino de la descendencia de David+ como ser humano,+  pero fue declarado Hijo de Dios+ con poder mediante el espíritu de santidad al ser resucitado de entre los muertos+ (así es, Jesucristo nuestro Señor,  por medio de quien recibimos bondad inmerecida y un apostolado+ para que gente de todas las naciones+ pueda obedecer por fe para la gloria de su nombre,  naciones de entre las que ustedes también fueron llamados para pertenecerle a Jesucristo).  A todos los amados de Dios que están en Roma y que han sido llamados para ser santos:+ Que tengan bondad inmerecida y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.  Ante todo, le doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo por todos ustedes, porque por todo el mundo se habla de la fe de ustedes.  Pues Dios, a quien le doy servicio sagrado con todo mi espíritu anunciando las buenas noticias acerca de su Hijo, es mi testigo de que no me canso de mencionarlos siempre en mis oraciones,+ 10  y ruego que, si es posible y es la voluntad de Dios, ahora por fin logre visitarlos. 11  Estoy deseando verlos para transmitirles algún don espiritual a fin de fortalecerlos, 12  o, más bien, para que nos animemos unos a otros+ mediante nuestra fe, tanto la de ustedes como la mía. 13  Pero quiero que sepan, hermanos, que muchas veces me propuse ir a verlos —aunque hasta ahora se me ha impedido hacerlo— con el fin de recoger algún fruto entre ustedes igual que entre las demás naciones. 14  Tengo una deuda con griegos y con extranjeros, con sabios y con insensatos.+ 15  Así que estoy deseando anunciarles las buenas noticias también a ustedes en Roma.+ 16  Porque no me avergüenzo de las buenas noticias.+ En realidad, son el poder de Dios para salvar a todo el que tiene fe,+ primero al judío+ y también al griego.+ 17  En ellas se revela la justicia de Dios debido a la fe y para la fe,+ tal como está escrito: “Pero el justo vivirá por su fe”.+ 18  Así es, la ira de Dios+ se revela desde el cielo contra toda irreverencia e injusticia de los hombres que de un modo injusto dificultan el progreso de la verdad,+ 19  pues lo que puede conocerse de Dios lo tienen claramente a la vista, ya que Dios se lo ha mostrado con claridad.+ 20  Porque sus cualidades invisibles —su poder eterno+ y divinidad—+ se ven claramente desde la creación del mundo, pues se perciben por las cosas creadas,+ de modo que ellos no tienen excusa.+ 21  Aunque conocían a Dios, no le dieron gloria como a Dios ni le dieron gracias, sino que sus razonamientos se volvieron inútiles y su corazón insensato se oscureció.+ 22  Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron tontos 23  y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por algo parecido a la imagen del hombre corruptible, así como de aves, animales de cuatro patas y reptiles.*+ 24  Por lo tanto, de acuerdo con los deseos de sus corazones, Dios los entregó a la impureza* para que deshonraran sus propios cuerpos. 25  Ellos cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y le dieron servicio sagrado a la creación más bien que al Creador, que es alabado para siempre. Amén. 26  Por eso Dios los entregó a una pasión sexual vergonzosa,+ porque las mujeres cambiaron las relaciones sexuales naturales por otras que son antinaturales.+ 27  Del mismo modo, los hombres dejaron las relaciones sexuales naturales con las mujeres, ardieron de pasión unos por otros y hombres con hombres+ hicieron lo que es obsceno, y ellos mismos recibieron el castigo completo que se merecían por su error.+ 28  En vista de que no quisieron reconocer a Dios,* Dios los entregó a una mentalidad desaprobada para que hicieran cosas que no se deben hacer.+ 29  Estaban llenos de todo tipo de injusticia,+ perversidad, codicia+ y maldad; estaban llenos de envidia,+ asesinato,+ peleas, engaño+ y malicia;+ eran chismosos 30  y calumniadores;*+ odiaban a Dios; eran insolentes, arrogantes y fanfarrones;* planeaban cosas malas,* desobedecían a los padres,+ 31  no tenían entendimiento,+ no cumplían sus acuerdos, no tenían cariño natural y eran despiadados. 32  Aunque ellos conocen muy bien el justo decreto de Dios —es decir, que los que practican esas cosas merecen la muerte—,+ no solo siguen haciendo esas cosas, sino que también aplauden a los que las practican.

Notas

O “buenas nuevas”.
O “criaturas que se arrastran”.
O “inmundicia”.
O “no consideraron que valiera la pena tener conocimiento exacto de Dios”. Lit. “no aprobaron tener a Dios en conocimiento exacto”.
O “difamadores solapados”.
O “presumidos”.
O “eran inventores de cosas perjudiciales”.

Notas de estudio

Carta a los Romanos. Al parecer, el título de este libro, como en otros casos, no formaba parte del texto original. Los títulos se añadieron más tarde, sin duda para que se pudieran identificar los libros claramente. Algunos de los manuscritos disponibles donde aparece el título “A los Romanos” son el Códice vaticano y el Códice sinaítico, del siglo cuarto de nuestra era, y el Códice alejandrino y el Códice Efrén reescrito, del siglo quinto. La colección más antigua de las nueve cartas de Pablo es un códice en papiro llamado P46. Aunque en esta colección falta el comienzo de la carta a los romanos, las otras ocho cartas tienen título, lo que da a entender que Romanos también lo tenía. Esta colección, que suele fecharse alrededor del año 200, demuestra que desde tiempos muy tempranos los escribas usaban títulos para identificar los libros bíblicos. Ver “Primera carta de Pablo a los corintios” en la galería multimedia.

De Pablo. La introducción de esta carta ocupa los primeros siete versículos y sigue un estilo habitual en las cartas de la antigüedad. Por lo general, se mencionaba al escritor y a las personas a quienes iba dirigida la carta, y luego se incluía un saludo (Ro 1:7). Esta introducción de Pablo es bastante más larga de lo habitual. De hecho, en el griego original los versículos del 1 al 7 son una sola oración. Aquí Pablo explica que ha sido llamado para ser apóstol y cuál es su mensaje. Según algunos expertos, hace esto porque todavía no ha visitado la congregación de Roma, aunque muchos de los cristianos de allí ya lo conocen (comparar con las notas de estudio de Hch 15:23; 23:26). Al principio, en las Escrituras se llama al apóstol por su nombre de origen hebreo, Saulo. Pero a partir de Hch 13:9 se usa su nombre de origen romano: Pablo (en griego Páulos, que viene del latín Paulus, un nombre muy común). En todas sus cartas —menos la de Hebreos, donde su nombre no aparece—, el propio Pablo emplea este nombre. Puede que pensara que sería más fácil de aceptar entre los no judíos, a quienes tenía que declarar las buenas noticias como “apóstol a las naciones” (Ro 11:13; Hch 9:15; Gál 2:7, 8; ver las notas de estudio de Hch 7:58; 13:9).

esclavo de Cristo Jesús. Por lo general, el término griego para “esclavo” (dóulos) hace referencia a una persona que le pertenece a otra. Con frecuencia se trata de un esclavo que ha sido comprado (Mt 8:9; 10:24, 25; 13:27). Este término también se usa en sentido figurado para referirse a los siervos dedicados de Dios y de Jesucristo (Hch 2:18; 4:29; Gál 1:10; Ap 19:10). Jesús compró la vida de todos los cristianos cuando entregó su propia vida para rescatarlos. Por eso, los cristianos se consideran “esclavos de Cristo”, que ya no se pertenecen a sí mismos (Ef 6:6; 1Co 6:19, 20; 7:23; Gál 3:13). Todos los escritores de las cartas de las Escrituras Griegas Cristianas, que fueron inspirados para aconsejar a las congregaciones, se refirieron a sí mismos como esclavos de Cristo al menos una vez en sus escritos. Así demostraron sumisión a Cristo, su Señor y Amo (Ro 1:1; Gál 1:10; Snt 1:1; 2Pe 1:1; Jud 1; Ap 1:1).

apóstol. El nombre griego apóstolos se deriva del verbo apostéllō, que significa ‘enviar’ o ‘mandar’ (Mt 10:5; Lu 11:49; 14:32). Su significado básico se ve claramente en las palabras de Jesús de Jn 13:16, donde se traduce como “el enviado”. Pablo fue “llamado a ser apóstol” a las naciones, es decir, a los no judíos. Fue el propio Jesucristo resucitado quien lo eligió directamente (Hch 9:1-22; 22:6-21; 26:12-23). Pablo defendió su nombramiento como apóstol destacando que había visto al Señor Jesucristo resucitado y que había realizado milagros (1Co 9:1, 2; 2Co 12:12). También fue empleado para impartir espíritu santo a los creyentes bautizados, una prueba más de que era un auténtico apóstol (Hch 19:5, 6). Aunque dice con frecuencia que era apóstol, nunca se incluye entre “los Doce” (1Co 15:5, 8-10; Ro 11:13; Gál 2:6-9; 2Ti 1:1, 11).

apartado. El verbo griego aforízō, que significa ‘separar’, aquí se usa con el sentido de seleccionar o nombrar a alguien para una misión específica. En este caso, Pablo se refiere a su comisión de declarar “las buenas noticias de Dios”, es decir, el mensaje acerca del Reino de Dios y de la salvación que se obtiene mediante la fe en Jesucristo (Lu 4:18, 43; Hch 5:42; Ap 14:6). En el libro de Romanos, Pablo también usa expresiones como “las buenas noticias acerca de su Hijo [es decir, el Hijo de Dios]” (Ro 1:9) y “las buenas noticias acerca del Cristo” (Ro 15:19).

Saulo, también llamado Pablo. A partir de este momento, a Saulo se lo llama Pablo. Este apóstol era hebreo, pero también era ciudadano romano desde que nació (Hch 22:27, 28; Flp 3:5). Así que es probable que, desde niño, tuviera el nombre hebreo “Saulo” y el nombre romano “Pablo”. No era extraño que los judíos de aquel entonces, sobre todo los que vivían fuera de Israel, tuvieran dos nombres (Hch 12:12; 13:1). Algunos de los parientes de Pablo también tenían nombres romanos y griegos (Ro 16:7, 21). Como Pablo era “apóstol a las naciones”, había recibido la comisión de declarar las buenas noticias a los no judíos (Ro 11:13). Parece que el propio Pablo decidió usar su nombre romano, tal vez porque creía que tendría más aceptación (Hch 9:15; Gál 2:7, 8). Algunos dicen que adoptó su nombre romano en honor de Sergio Paulo. Pero parece poco probable, porque Pablo lo siguió usando después de abandonar Chipre. Otros piensan que evitó usar su nombre hebreo porque su pronunciación en griego era similar a un término griego que aludía a una persona (o a un animal) que camina moviendo el cuerpo de un lado a otro de forma arrogante o incluso insinuante. Ver la nota de estudio de Hch 7:58.

¡Saludos! La palabra griega kháirō, que literalmente significa ‘alegrarse’, se usa aquí como saludo y transmite el deseo de que a alguien le vayan bien las cosas. La introducción de esta carta sobre la circuncisión, que luego se envió a las congregaciones, sigue el patrón habitual de una carta de la antigüedad. Primero se menciona al escritor y después a la persona a quien va dirigida; por último, se incluye un saludo común (ver la nota de estudio de Hch 23:26). De todas las cartas que forman las Escrituras Griegas Cristianas, únicamente la de Santiago usa el término griego kháirō como saludo igual que esta carta del cuerpo gobernante del siglo primero (Snt 1:1). El discípulo Santiago participó en la redacción de esta carta. Esto apoya la conclusión de que el Santiago que escribió la carta que lleva su nombre es el mismo que tuvo una participación tan importante en la reunión de la que habla el capítulo 15 de Hechos.

De Claudio Lisias al excelentísimo gobernador Félix: ¡Saludos! Esta era una forma habitual de introducir las cartas en la antigüedad. Primero se mencionaba al escritor y después a la persona a quien iba dirigida. Por último, se incluía un saludo común con la palabra griega kháirō. Este término griego significa literalmente ‘alegrarse’ y transmite el deseo de que a alguien le vayan bien las cosas. Es habitual en las cartas de papiros no bíblicos. En este contexto está bien traducirlo como “¡Saludos!”. En Hch 15:23 y Snt 1:1 se ven introducciones con una estructura parecida. Ver la nota de estudio de Hch 15:23.

Saulo. Nombre que significa ‘pedido [a Dios]’ o ‘solicitado [a Dios]’. Saulo, también conocido por su nombre romano Pablo, era “de la tribu de Benjamín, hebreo de padres hebreos” (Flp 3:5). Como tenía la ciudadanía romana de nacimiento (Hch 22:28), es lógico que sus padres judíos también le pusieran el nombre latino Paulus, que significa ‘pequeño’ y del que vienen Paulo o Pablo. Es probable que tuviera el nombre hebreo y el latino desde niño. Puede haber varias razones por las que sus padres le pusieron Saulo. Por un lado, era un nombre tradicional e importante en la tribu de Benjamín porque el primer rey de todo Israel había sido un benjaminita llamado Saúl (1Sa 9:2; 10:1; Hch 13:21). También puede que sus padres eligieran ese nombre por su significado o porque el padre se llamaba Saúl y siguieron la costumbre de que el hijo heredara el nombre del padre (comparar con Lu 1:59). Fuera cual fuera la razón, él usó su nombre hebreo, Saulo, entre judíos, sobre todo cuando estudiaba para ser fariseo y vivir como fariseo (Hch 22:3). Y, aun después de hacerse cristiano, parece que fue conocido principalmente por su nombre hebreo durante más de una década (Hch 11:25, 30; 12:25; 13:1, 2, 9).

Pablo. En las Escrituras Griegas Cristianas, el nombre Páulos (que viene del latín Paulus y significa ‘pequeño’) se usa en el griego original 157 veces para referirse al apóstol Pablo y una para el procónsul de Chipre llamado Sergio Paulo (Hch 13:7).

las santas Escrituras. Aquí se refiere a las Escrituras Hebreas. En las Escrituras Griegas Cristianas, a esta colección de escritos inspirados también se la llama “las Escrituras” y “los santos escritos” (Mt 21:42; Mr 14:49; Lu 24:32; Jn 5:39; Hch 18:24; Ro 15:4; 2Ti 3:15, 16). Y, a veces, expresiones como “Ley” (Jn 10:34; 12:34; 15:25; 1Co 14:21) y “la Ley y los Profetas” (Mt 7:12; Lu 16:16) se usan para referirse en sentido general a todas las Escrituras Hebreas (Mt 22:40). Ver las notas de estudio de Mt 5:17; Jn 10:34.

en su Ley. Esta expresión se refiere aquí a todas las Escrituras Hebreas, no solo a la Ley de Moisés. La cita que le sigue está tomada de Sl 82:6. La palabra “Ley” se usa con el mismo sentido en Jn 12:34; 15:25.

la Ley [...] los Profetas. “La Ley” abarca los libros de Génesis a Deuteronomio. “Los Profetas” son los libros proféticos de las Escrituras Hebreas. Pero, cuando se mencionan juntos, la expresión puede referirse a todas las Escrituras Hebreas (Mt 7:12; 22:40; Lu 16:16).

descendencia. O “descendientes”. Lit. “simiente”.

como ser humano. Lit. “según la carne”. La palabra griega para “carne” (sarx) aquí se refiere a un parentesco físico, terrestre o humano; en este caso, a la línea de antepasados de Jesús como ser humano. María era de la tribu de Judá y descendiente de David. Por eso se puede decir que su hijo Jesús “vino de la descendencia de David como ser humano”. A través de su madre, Jesús era “la raíz y la descendencia de David” y, como resultado, tenía el derecho hereditario natural al “trono de David su padre” (Ap 22:16; Lu 1:32). Y, a través de su padre adoptivo, José, que también era descendiente de David, Jesús tenía el derecho legal al trono de David (Mt 1:1-16; Hch 13:22, 23; 2Ti 2:8; Ap 5:5).

Este es mi Hijo. Como criatura espiritual, Jesús era el Hijo de Dios (Jn 3:16). Por otra parte, desde el momento de su nacimiento como ser humano, Jesús fue un “hijo de Dios” como lo había sido Adán, un hombre perfecto (Lu 1:35; 3:38). Sin embargo, parece razonable creer que esta declaración de Dios no se limitó a confirmar la identidad de Jesús. Al decir estas palabras mientras derramaba su espíritu santo, parece que Dios indicó que el hombre Jesús era su Hijo engendrado por espíritu. Había nacido de nuevo, con la esperanza de volver a vivir en el cielo, y había sido ungido con espíritu para ser el Rey y Sumo Sacerdote elegido por Dios (Jn 3:3-6; 6:51; comparar con Lu 1:31-33; Heb 2:17; 5:1, 4-10; 7:1-3).

fue declarado. O “se demostró que era”, “quedó establecido que era”. Aquí Pablo dice que Jesús fue declarado Hijo de Dios “al ser resucitado de entre los muertos”. En Hch 13:33, el apóstol explica que las palabras de Sl 2:7 se cumplieron cuando Jesús fue resucitado. Esas mismas palabras también se cumplieron durante el bautismo de Jesús, cuando su Padre declaró: “Este es mi Hijo”. Ver la nota de estudio de Mt 3:17.

el espíritu de santidad. Es decir, el espíritu santo de Dios. La expresión griega para “espíritu de santidad” copia la forma de la expresión hebrea que se traduce en Sl 51:11 como “tu espíritu santo” (lit. “espíritu de tu santidad”) y en Is 63:10, 11 como “su espíritu santo” (lit. “espíritu de su santidad”). El espíritu, o fuerza activa, de Jehová está sujeto a su control y siempre cumple su propósito. Es limpio, puro y sagrado y está separado para el uso de Dios.

recibimos. O “recibí”. Parece que aquí Pablo sigue un estilo común en la literatura y usa la primera persona del plural aunque en realidad se refiere únicamente a sí mismo. Al hablar de su “apostolado”, describe una misión que solo él había recibido como apóstol a las naciones. Además, indica que es él, sin mencionar a nadie más, el que envía la carta (Ro 1:1), y en Ro 1:8-16 usa la primera persona del singular. Así que, aunque gramaticalmente “recibimos” podría incluir a otros, parece lógico concluir que Pablo está hablando de sí mismo, sin incluir a los demás apóstoles.

¡Saludos! La palabra griega kháirō, que literalmente significa ‘alegrarse’, se usa aquí como saludo y transmite el deseo de que a alguien le vayan bien las cosas. La introducción de esta carta sobre la circuncisión, que luego se envió a las congregaciones, sigue el patrón habitual de una carta de la antigüedad. Primero se menciona al escritor y después a la persona a quien va dirigida; por último, se incluye un saludo común (ver la nota de estudio de Hch 23:26). De todas las cartas que forman las Escrituras Griegas Cristianas, únicamente la de Santiago usa el término griego kháirō como saludo igual que esta carta del cuerpo gobernante del siglo primero (Snt 1:1). El discípulo Santiago participó en la redacción de esta carta. Esto apoya la conclusión de que el Santiago que escribió la carta que lleva su nombre es el mismo que tuvo una participación tan importante en la reunión de la que habla el capítulo 15 de Hechos.

Vete en paz. Esta expresión idiomática se usa a menudo tanto en las Escrituras Hebreas como en las Griegas con el significado de ‘Que te vaya bien’ (Lu 7:50; 8:48; Snt 2:16; comparar con 1Sa 1:17; 20:42; 25:35; 29:7; 2Sa 15:9; 2Re 5:19). La palabra hebrea que suele traducirse como “paz” (shalóhm) tiene un significado amplio. Se refiere a la ausencia de guerras o disturbios (Jue 4:17; 1Sa 7:14; Ec 3:8), pero también puede transmitir la idea de salud, seguridad (1Sa 25:6, nota; 2Cr 15:5, nota; Job 5:24, nota) y bienestar (Est 10:3, nota), así como de amistad (Sl 41:9). En las Escrituras Griegas Cristianas, la palabra griega para “paz” (eirḗnē) tiene un significado amplio como la palabra hebrea y puede expresar las ideas de estar bien, estar a salvo y estar en armonía, además de estar libre de conflictos.

la bondad inmerecida de Dios. Como en el pasado Pablo había sido opositor de Jesús y sus seguidores (Hch 9:3-5), era muy natural que destacara la bondad inmerecida de Jehová (ver glosario, bondad inmerecida). Pablo comprendía que la bondad inmerecida de Dios era la única razón por la que podía realizar su ministerio (1Co 15:10; 1Ti 1:13, 14). Cuando se reunió con los ancianos de Éfeso, habló dos veces de esta cualidad (Hch 20:24, 32). Y en sus 14 cartas mencionó la “bondad inmerecida” unas 90 veces, mucho más que ningún otro escritor de la Biblia. De hecho, comienza todas sus cartas, menos Hebreos, con referencias a la bondad inmerecida de Dios y de Jesús. Y en la conclusión de todas sus cartas incluye esta expresión.

A todos los [...] que están en Roma. Es decir, a los cristianos de la ciudad de Roma. En el Pentecostés del año 33 de nuestra era, había en Jerusalén “visitantes procedentes de Roma, tanto judíos como prosélitos”, que fueron testigos de lo que sucedió después de derramarse el espíritu santo. Seguramente algunos de ellos estuvieron entre los 3.000 que se bautizaron ese día (Hch 2:1, 10, 41). Es probable que, al regresar a Roma, formaran una congregación de cristianos muy entusiastas, porque Pablo dijo que por todo el mundo se hablaba de su fe (Ro 1:8). Hasta los historiadores romanos Tácito (Anales [trad. José L. Moralejo], libro XV, 44, 2) y Suetonio (Vidas de los doce césares [trad. Rosa M.ª Agudo Cubas], libro VI: Nerón, 16, 2), nacidos en el siglo primero, mencionaron a los cristianos de Roma.

santos. Las Escrituras Griegas Cristianas con frecuencia llaman “santos” a los hermanos espirituales de Cristo que formaban las congregaciones (Hch 9:13; 26:10; Ro 12:13; 2Co 1:1; 13:13). Este término se aplica a quienes entran en una relación especial con Dios mediante el nuevo pacto, que se establece gracias a la sangre derramada de Jesús, “la sangre de un pacto eterno” (Heb 10:29; 13:20). Por lo tanto, Dios es el que los santifica, purifica y declara “santos”. Él no les concede esta santidad cuando mueren, sino desde el mismo momento en que empiezan a llevar una vida santa en la tierra. Así que no hay base bíblica que justifique que una persona o una organización declare “santos” a otros seres humanos. Pedro dice que los que son llamados por Dios “tienen que ser santos” porque él es santo (1Pe 1:15, 16; Le 20:7, 26). Este término se aplica a todos los que llegan a estar en unión con Cristo y se convierten en herederos con él. Más de cinco siglos antes de que se llamara “santos” a los discípulos de Cristo, Dios reveló que habría un grupo llamado “los santos del Supremo” que gobernaría con Cristo en su Reino (Da 7:13, 14, 18, 27).

Que tengan bondad inmerecida y paz. Pablo usa este mismo saludo en 11 de sus cartas (1Co 1:3; 2Co 1:2; Gál 1:3; Ef 1:2; Flp 1:2; Col 1:2; 1Te 1:1; 2Te 1:2; Tit 1:4; Flm 3). Y en sus cartas a Timoteo emplea un saludo parecido, pero le añade la cualidad de la “misericordia” (1Ti 1:2; 2Ti 1:2). Los expertos han notado que Pablo, en vez de usar el término griego que se empleaba habitualmente para saludar (kháirein), suele usar otro término que suena parecido (kháris) para expresar su deseo de que las congregaciones disfruten de abundante “bondad inmerecida” (ver la nota de estudio de Hch 15:23). Pablo también refleja el saludo habitual en hebreo (shalóhm) al mencionar la “paz” (ver la nota de estudio de Mr 5:34). Parece que, al combinar los términos “bondad inmerecida” y “paz”, Pablo está destacando la clase de relación que tienen los cristianos con Jehová Dios gracias al rescate. Cuando dice de dónde vienen la bondad generosa y la paz, menciona por separado a “Dios nuestro Padre” y al “Señor Jesucristo”.

bondad inmerecida. O “bondad generosa” (ver glosario). En sus 14 cartas, Pablo menciona la “bondad inmerecida” (en griego, kháris) unas 90 veces, mucho más que ningún otro escritor de la Biblia. De hecho, comienza todas sus cartas, menos Hebreos, con saludos en los que hace referencia a la bondad inmerecida de Dios y de Jesús. Y en la conclusión de todas sus cartas incluye igualmente la expresión “bondad inmerecida”. Otros escritores bíblicos también la usan de forma parecida al comienzo y al final de sus escritos (1Pe 1:2; 2Pe 1:2; 3:18; 2Jn 3; Ap 1:4; 22:21). Ver la nota de estudio de Hch 13:43.

a quien le doy servicio sagrado. O “a quien sirvo”, “a quien adoro”. El verbo griego latréuō tiene el sentido básico de ‘servir’. En la Biblia, por lo general se refiere a servir a Dios o a realizar un servicio relacionado con la adoración a él (Mt 4:10; Lu 2:37; 4:8; Hch 7:7; Flp 3:3; 2Ti 1:3; Heb 9:14; 12:28; Ap 7:15; 22:3). En este versículo, Pablo relaciona su servicio sagrado con “las buenas noticias acerca de su Hijo”, es decir, el Hijo de Dios. Así que, cuando los discípulos de Jesús predican estas buenas noticias, están dando servicio sagrado, o sea, están haciendo un acto de adoración a Jehová Dios.

con todo mi espíritu. En este contexto, parece que el término griego para “espíritu” (pnéuma) se refiere a la motivación que sale del corazón simbólico de una persona y hace que haga o diga cosas de cierta manera (ver glosario, espíritu). Aquí Pablo usa esta expresión para transmitir la idea de servir con todo su ser. También podría traducirse como “de todo corazón”.

don espiritual. La palabra griega que aquí se traduce como “don” es khárisma, que está relacionada con kháris (traducida con frecuencia como “bondad inmerecida”). En las Escrituras Griegas Cristianas, khárisma aparece 17 veces y se refiere a algo (un don, un favor o una bendición) que se recibe sin haberlo ganado ni merecerlo; se recibe únicamente debido a la bondad generosa, o inmerecida, de Dios. Este término puede referirse a los dones del espíritu, de carácter sobrenatural (1Co 12:4, 9, 28-31). Pero aquí el contexto y la manera en que Pablo usa el adjetivo “espiritual” (en griego, pneumatikós) indican que él estaba hablando de ayudar espiritualmente a sus hermanos y hermanas. Pablo quería ayudarlos a fortalecer su fe y su relación con Dios. Así que la capacidad que tienen los cristianos de fortalecer mutuamente su fe animándose unos a otros puede considerarse un don espiritual que procede de Dios (comparar con 1Pe 4:10, 11).

para que nos animemos unos a otros. Lit. “para ser confortados juntamente”, “para ser consolados mutuamente”. Esta es la única vez que se usa el verbo griego synparakaléomai en las Escrituras Griegas Cristianas. Sin embargo, Pablo usa con frecuencia el verbo relacionado parakaléō (lit. “llamar al lado de uno”) con el sentido de ‘animar’ o ‘consolar’ (Ro 12:8; 2Co 1:4; 2:7; 7:6; 1Te 3:2, 7; 4:18; 5:11; Heb 3:13; 10:25). En este caso, Pablo quiere destacar que la visita que planea no solo beneficiaría a los cristianos de Roma, sino también a él. Tanto Pablo como la congregación se animarían unos a otros al expresar cada uno su fe.

hermanos. En algunos contextos se dice que un cristiano varón es un “hermano”, y una cristiana, una “hermana” (1Co 7:14, 15). Pero en este caso, como en otros, la Biblia emplea el término “hermanos” para referirse tanto a hombres como a mujeres. Este término era un apelativo habitual que se usaba para dirigirse a grupos mixtos (Hch 1:15; 1Te 1:4). Este es el sentido con el que se utiliza en la mayoría de las cartas cristianas inspiradas. En Romanos, Pablo usa varias veces el término “hermanos” para referirse a sus compañeros cristianos en general (Ro 7:1, 4; 8:12; 10:1; 11:25; 12:1; 15:14, 30; 16:17).

con el fin de recoger algún fruto entre ustedes. Es decir, “para trabajar entre ustedes y ver buenos resultados”, “para que mi predicación tenga buenos resultados entre ustedes”. Pablo usa un término de origen agrícola (karpós, ‘fruto, producto’) que aparece con frecuencia en las Escrituras. En sentido figurado se refiere al crecimiento y la prosperidad espirituales (Mt 3:8; 13:8; Jn 15:8, 16; Flp 1:11, 22). Puede que Pablo esperara que sus hermanos cristianos desarrollaran aún más “el fruto del espíritu”, pero parece que tenía algo más en mente (Gál 5:22, 23; Ro 1:11, 12). La frase “igual que entre las demás naciones” da a entender que esperaba conseguir más discípulos de Jesucristo en Roma y quizás en otros lugares (Ro 15:23, 24).

deben. O “tienen la obligación de”. El verbo griego se usa con frecuencia en un contexto económico y tiene el sentido básico de ‘estar endeudado’ o ‘deberle algo a alguien’ (Mt 18:28, 30, 34; Lu 16:5, 7). Aquí y en otros lugares se usa con el sentido más amplio de tener la obligación de hacer algo (1Jn 3:16; 4:11; 3Jn 8).

Tengo una deuda. O “Soy deudor”, “Tengo una obligación”. En las Escrituras, la palabra griega para “deudor” y otros términos relacionados con estar endeudados no se refieren únicamente a deudas económicas, sino también a obligaciones y responsabilidades en general. Por ejemplo, en Jn 13:14 (ver la nota de estudio), el verbo deber es la traducción de un verbo griego que significa ‘estar endeudado’ o ‘tener una obligación’. En este versículo de Romanos, Pablo indica que tiene una deuda con cada persona que conoce y que solo puede pagar esa deuda dándole a conocer las buenas noticias (Ro 1:15). Pablo estaba tan agradecido por la misericordia que Jehová le había mostrado que se sentía obligado a ayudar a otros a beneficiarse de la bondad inmerecida de Dios (1Ti 1:12-16). Era como si estuviera diciendo: “Lo que Dios ha hecho por la humanidad y por mí en particular me obliga a predicar las buenas noticias con entusiasmo a todas las personas que pueda”.

griegos. Aquí el término “griegos” se usa en contraste con “extranjeros”. En este contexto no se refiere necesariamente a alguien nacido en Grecia o de origen griego. Puede referirse a alguien que habla el griego o está influenciado por la cultura griega, aunque sea de otra nacionalidad. Al parecer Pablo usa la frase “con griegos y con extranjeros” como una expresión abarcadora. Ver la nota de estudio de extranjeros en este versículo.

extranjeros. O “quienes no son griegos”. Algunas versiones más antiguas de la Biblia emplean aquí “bárbaros”. El término griego original (bárbaros), al repetir bar bar, comunica la idea de tartamudear, balbucear o hablar de forma incomprensible. Por eso, los griegos al principio lo aplicaban a cualquier extranjero que hablara una lengua diferente. Para ese entonces, no se refería a una persona incivilizada, inculta o sin buenos modales, ni indicaba desprecio. Sencillamente distinguía a los griegos de los que no lo eran. Algunos escritores judíos, como Josefo, reconocían que los propios judíos también eran llamados así. De hecho, los romanos se llamaron a sí mismos bárbaros hasta que adoptaron la cultura griega. Por tanto, cuando Pablo usa la expresión “con griegos y con extranjeros” para referirse a todas las personas, emplea el término bárbaros con este sentido neutro.

al griego. En el siglo primero de nuestra era, el término griego héllēn (que significa ‘griego’) no se refiere necesariamente solo a alguien nacido en Grecia o de origen griego. Cuando Pablo habla en este versículo de “todo el que tiene fe” y menciona “al griego” junto “al judío”, parece que está usando el término “griego” con un sentido amplio para referirse a todos los pueblos no judíos (Ro 2:9, 10; 3:9; 10:12; 1Co 10:32; 12:13). Esto sin duda se debe a la importancia y reputación que tenían el idioma y la cultura griegas en el Imperio romano.

tal como está escrito. Pablo usa con frecuencia la expresión griega kathṓs guégraptai (que contiene una forma del verbo gráfō, que significa ‘escribir’) para introducir citas directas de las Escrituras Hebreas inspiradas (Ro 2:24; 3:10; 4:17; 8:36; 9:13, 33; 10:15; 11:26; 15:3, 9, 21; 1Co 1:31; 2:9; 2Co 8:15). En su carta a los romanos, Pablo cita textualmente más de 50 pasajes de las Escrituras Hebreas y hace muchas otras referencias o alusiones a ellas.

Pero el justo vivirá por su fe. Algunos consideran que Ro 1:16, 17 son los versículos que mejor resumen la idea central de todo el libro de Romanos: que Dios es imparcial y le ofrece la oportunidad de salvarse a “todo el que tiene fe” (Ro 1:16). A lo largo de la carta, Pablo destaca la importancia de la fe usando unas 60 veces términos griegos relacionados con “fe”. Se encuentran algunos ejemplos en Ro 3:30; 4:5, 11, 16; 5:1; 9:30; 10:17; 11:20; 12:3; 16:26. En Ro 1:17, Pablo cita de Hab 2:4. Vuelve a citar de este versículo en otras dos de sus cartas y lo hace para animar a los cristianos a mostrar fe (Gál 3:11; Heb 10:38). Ver la nota de estudio de por su fe en este versículo.

por su fe. En este versículo Pablo cita de Hab 2:4, donde se dice “vivirá por su fidelidad”. En muchos idiomas, las ideas de ser fiel y tener fe están muy relacionadas. Por ejemplo, en hebreo, la palabra que se traduce como “fidelidad” (ʼemunáh) está emparentada con el verbo ʼamán, que significa ‘ser fiel’ o ‘ser confiable’ y que también puede transmitir la idea de tener fe (Gé 15:6; Éx 14:31; Is 28:16). Por eso Hab 2:4 (ver nota) también podría traducirse como “vivirá por su fe”. Puede que Pablo citara la traducción de Hab 2:4 que hace la Septuaginta, donde se usa el término griego pístis. Esta palabra griega transmite principalmente la idea de confianza y firme convicción. La mayoría de las veces se traduce como “fe” (Mt 8:10; 17:20; Ro 1:8; 4:5), pero, dependiendo del contexto, también puede entenderse como ‘fidelidad’ o ‘confiabilidad’ (Mt 23:23; nota; Ro 3:3). En Heb 11:1, Pablo da una definición inspirada de “fe” (en griego, pístis). Ver la nota de estudio de Pero el justo vivirá por su fe en este versículo.

irreverencia. Las Escrituras usan el término griego asébeia y otros términos relacionados para referirse a la actitud de la persona que no demuestra respeto por Dios y llega incluso a desafiarlo (Jud 14, 15). Es lo contrario de lo que expresa el término eusébeia, que se traduce como “devoción a Dios”. La persona demuestra esta reverencia en su servicio y devoción a Dios y en su forma de adorarlo (Hch 3:12; 1Ti 2:2; 4:7, 8; 2Ti 3:5, 12).

divinidad. O “naturaleza divina”. El término griego theiótēs está relacionado con la palabra Theós (“Dios”). Por el contexto se ve que Pablo está hablando de cosas que se perciben en la creación física que demuestran la existencia de Dios. Es cierto que sin las Escrituras no se podrían saber el propósito de Dios, su nombre y muchos aspectos de su personalidad. Pero la creación da pruebas de “sus cualidades invisibles” (lit. “las cosas invisibles de él”), entre ellas su poder eterno, con el que creó y mantiene el universo. Por eso se dice que la creación física da prueba de su “divinidad”, es decir, de que el Creador es de verdad Dios y merece nuestra adoración (Ap 4:11).

la creación del mundo. En las Escrituras Griegas Cristianas, el término griego kósmos (traducido como “mundo”) normalmente se refiere a toda la humanidad o a una parte de ella. En este contexto, parece que Pablo está hablando de la creación de la humanidad. Y es que fue solo a partir de ese momento cuando hubo en la tierra mentes capaces de percibir las cualidades invisibles de Dios al observar las cosas creadas visibles. En las obras no bíblicas, este término griego también se usaba para referirse al universo y a la creación en general. Puede que Pablo lo usara con este sentido cuando habló con un grupo de griegos (Hch 17:24). Ver la nota de estudio de Hch 17:24.

no tienen excusa. O “son inexcusables”. Lit. “son indefendibles”. La palabra griega anapológuētos era un término legal que se aplicaba a la persona que no podía presentar ninguna prueba convincente en su defensa. En este versículo se aplica a quienes no reconocen la autoridad de Dios. “Desde la creación del mundo”, las cosas creadas demuestran la existencia del Dios todopoderoso. Y, como sus cualidades “se ven claramente”, los que niegan la verdad acerca de Dios no pueden dar pruebas válidas para defender su postura. Pablo continúa diciendo que las cualidades de Dios “se perciben por las cosas creadas”. El verbo griego que aquí se traduce como “percibir” está relacionado con la palabra griega para “mente” (nous) y transmite la idea de captar con la mente. Según otra traducción bíblica, las cualidades de Dios son “visibles a los ojos de la inteligencia”. Al observar las cosas creadas por Dios y meditar en ellas, los seres humanos pueden llegar a descubrir muchas de las cualidades del Creador. Si además estudian la Biblia, podrán conseguir un conocimiento exacto del propósito y la forma de pensar del Creador. Hacer estas dos cosas les permitirá desarrollar una fe fuerte.

el mundo. En las obras griegas seglares y en particular en la Biblia, la palabra griega kósmos está muy relacionada con la humanidad (ver la nota de estudio de Jn 1:10). Sin embargo, las obras no bíblicas también la usaban para referirse al universo y a la creación en general. Es posible que aquí Pablo la usara con ese sentido, porque estaba tratando de establecer un terreno común con los griegos que lo escuchaban.

Dios los entregó a la impureza. Puede que aquí Pablo se refiriera a los israelitas apóstatas. Ellos conocían la verdad acerca de Dios y sus justas normas. Pero durante siglos pasaron por alto lo que sabían y “cambiaron la verdad de Dios por la mentira” (Ro 1:16, 21, 25, 28, 32). Dios les había advertido específicamente de las consecuencias de practicar la idolatría y la inmoralidad sexual (Le 18:5-23; 19:29; Dt 4:15-19; 5:8, 9; 31:16-18). Aun así, vez tras vez adoraron a dioses y diosas paganos representados por imágenes de animales o de seres humanos (Nú 25:1-3; 1Re 11:5, 33; 12:26-28; 2Re 10:28, 29; comparar con Ap 2:14). Como consecuencia, Dios “los entregó a la impureza”, es decir, los abandonó y dejó que siguieran con sus prácticas impuras. Las palabras de Pablo (Ro 1:24-32) también indican que hasta la gente de las naciones tendría que haber entendido que era totalmente irrazonable adorar a animales o incluso a humanos y que eso provocaría la ira de Dios (Ro 1:22).

la mentira. Aquí se refiere a la idolatría. Los ídolos son una mentira, un engaño (Jer 10:14). Aunque las cosas creadas son un testimonio de que Dios existe, algunos que “conocían a Dios” hacían difícil que otros conocieran la verdad acerca de él (Ro 1:18, 21, 25). Conocían la verdad acerca de su poder eterno y divinidad y, aun así, no servían a Dios. Al contrario, se hacían ídolos y los adoraban. Al caer en el engaño de la idolatría, terminaron realizando todo tipo de prácticas malas (Ro 1:18-31).

Amén. O “Así sea”. El término griego amḗn es una transliteración de una palabra hebrea que viene de la raíz ’amán (que significa ‘ser fiel’ o ‘ser confiable’) (ver glosario). Se decía “amén” para demostrar que se estaba de acuerdo con un juramento, una oración o una afirmación. En las Escrituras Griegas Cristianas, los escritores usaban con frecuencia esta palabra para expresar que estaban de acuerdo con algún tipo de alabanza a Dios, como hace Pablo en este versículo (Ro 16:27; Ef 3:21; 1Pe 4:11). También la usaban para destacar su deseo de que Dios les mostrara favor a los que recibieran la carta (Ro 15:33; Heb 13:20, 21). Y otras veces la empleaban para indicar que estaban totalmente de acuerdo con lo que se acababa de decir (Ap 1:7; 22:20).

pasión sexual vergonzosa. La palabra griega páthos describe un fuerte deseo, una pasión descontrolada. Por el contexto está claro que aquí se refiere a deseos sexuales. Se dice que es una pasión “vergonzosa” (traducción del nombre griego atimía, que significa ‘deshonra’, ‘vergüenza’) porque deshonra, degrada o rebaja a la persona.

las relaciones sexuales naturales. Lit. “el uso natural”. El término griego fysikós, que aquí se traduce como “naturales”, se refiere a lo que está de acuerdo con el orden establecido y la función básica de cada cosa en la naturaleza. Es posible que Pablo, para apoyar su razonamiento de Ro 1:26, 27, haya hecho referencia a los términos empleados en Gé 1:27 cuando se relata la creación. En vez de usar los términos griegos habituales para “hombre” y “mujer”, Pablo usa palabras más específicas que podrían traducirse como “machos” y “hembras”, o como “los de sexo masculino” y “las de sexo femenino”. Son las mismas palabras que se emplean en Gé 1:27 en la Septuaginta y también en las citas que se hacen de ese versículo en Mt 19:4 y Mr 10:6. Según el relato de Génesis, Dios bendijo a la primera pareja humana y les dijo que se multiplicaran y llenaran la tierra (Gé 1:28). Los actos homosexuales son “antinaturales” porque ese tipo de relaciones sexuales no son las que el Creador estableció originalmente para los seres humanos y no pueden producir descendencia. La Biblia compara las prácticas homosexuales a las relaciones sexuales que ángeles rebeldes (que llegaron a conocerse como demonios) tuvieron con mujeres antes del diluvio de los días de Noé (Gé 6:4; 19:4, 5; Jud 6, 7). Dios considera que esas prácticas son antinaturales. Ver la nota de estudio de Ro 1:27.

las relaciones sexuales naturales con. Lit. “el uso natural de”. El término griego fysikós, que aquí se traduce como “naturales”, se refiere a lo que está de acuerdo con el orden establecido y la función básica de cada cosa en la naturaleza. Este versículo y el anterior muestran que la homosexualidad, tanto entre hombres como entre mujeres, no cumple el propósito de Dios para los seres humanos (Gé 1:27; ver la nota de estudio de Ro 1:26). En las Escrituras Hebreas, Dios deja claro lo que piensa de los actos homosexuales. La prohibición que se hace en Le 18:22 es una de las muchas normas morales que le dio a la nación de Israel en la Ley mosaica. En cambio, las naciones de los alrededores practicaban sin restricción la homosexualidad, el incesto, el sexo con animales y otros actos prohibidos por Dios (Le 18:23-25). Al volver a condenar las prácticas homosexuales en las Escrituras Griegas Cristianas, Dios demuestra que estos mandatos reflejan lo que piensa de esa conducta, ya sea que la practiquen judíos o no judíos (1Co 6:9, 10).

las relaciones sexuales naturales con. Lit. “el uso natural de”. El término griego fysikós, que aquí se traduce como “naturales”, se refiere a lo que está de acuerdo con el orden establecido y la función básica de cada cosa en la naturaleza. Este versículo y el anterior muestran que la homosexualidad, tanto entre hombres como entre mujeres, no cumple el propósito de Dios para los seres humanos (Gé 1:27; ver la nota de estudio de Ro 1:26). En las Escrituras Hebreas, Dios deja claro lo que piensa de los actos homosexuales. La prohibición que se hace en Le 18:22 es una de las muchas normas morales que le dio a la nación de Israel en la Ley mosaica. En cambio, las naciones de los alrededores practicaban sin restricción la homosexualidad, el incesto, el sexo con animales y otros actos prohibidos por Dios (Le 18:23-25). Al volver a condenar las prácticas homosexuales en las Escrituras Griegas Cristianas, Dios demuestra que estos mandatos reflejan lo que piensa de esa conducta, ya sea que la practiquen judíos o no judíos (1Co 6:9, 10).

hicieron lo que es obsceno. O “cometieron actos indecentes”, “cometieron actos desvergonzados”. El término griego alude a un comportamiento vergonzoso.

el castigo completo. O “la recompensa completa”. En griego, el término original se refiere al pago que recibe alguien de acuerdo con lo que ha hecho. En este versículo se usa con un sentido negativo y se refiere al castigo que merece una persona, o a las consecuencias indeseables que sufre. En 2Co 6:13 se refiere a dar lo que corresponde.

las relaciones sexuales naturales. Lit. “el uso natural”. El término griego fysikós, que aquí se traduce como “naturales”, se refiere a lo que está de acuerdo con el orden establecido y la función básica de cada cosa en la naturaleza. Es posible que Pablo, para apoyar su razonamiento de Ro 1:26, 27, haya hecho referencia a los términos empleados en Gé 1:27 cuando se relata la creación. En vez de usar los términos griegos habituales para “hombre” y “mujer”, Pablo usa palabras más específicas que podrían traducirse como “machos” y “hembras”, o como “los de sexo masculino” y “las de sexo femenino”. Son las mismas palabras que se emplean en Gé 1:27 en la Septuaginta y también en las citas que se hacen de ese versículo en Mt 19:4 y Mr 10:6. Según el relato de Génesis, Dios bendijo a la primera pareja humana y les dijo que se multiplicaran y llenaran la tierra (Gé 1:28). Los actos homosexuales son “antinaturales” porque ese tipo de relaciones sexuales no son las que el Creador estableció originalmente para los seres humanos y no pueden producir descendencia. La Biblia compara las prácticas homosexuales a las relaciones sexuales que ángeles rebeldes (que llegaron a conocerse como demonios) tuvieron con mujeres antes del diluvio de los días de Noé (Gé 6:4; 19:4, 5; Jud 6, 7). Dios considera que esas prácticas son antinaturales. Ver la nota de estudio de Ro 1:27.

codicia. O “avidez”. El término griego pleonexía significa literalmente ‘tener más’ y refleja un deseo insaciable de tener más. Se usa este mismo término griego en Ef 4:19; 5:3. Y, después de mencionar la codicia en Col 3:5, Pablo añade que “es idolatría”.

chismosos. O “murmuradores”. La palabra griega aparentemente se refiere a la persona que acostumbra hablar mal de otros, quizás esparciendo rumores malintencionados. Ver la nota de estudio de 2Co 12:20.

no cumplían sus acuerdos. O “estaban opuestos a cualquier acuerdo”. El término griego usado aquí, además de referirse a la persona que no respeta los acuerdos, también puede incluir la idea de que no es confiable o de que no cumple lo que promete. Según cierto diccionario griego, también puede referirse a ‘alguien que no está dispuesto a negociar para resolver un problema con otra persona’.

no tenían cariño natural. Algunas Biblias traducen esta frase como “sin corazón”. El término griego original (ástorgos) está formado por el prefijo a- (que significa ‘sin’) y la palabra storguḗ (que significa ‘cariño natural’). Este término alude a la falta de este tipo de amor, el cariño natural que suele haber entre miembros de una misma familia, en particular el que sienten los padres por sus hijos y los hijos por sus padres. Es difícil que los que no sienten ese cariño por los miembros de su familia mantengan buenas relaciones con otros. Esta declaración de Pablo concuerda con casos registrados por antiguos historiadores del mundo grecorromano: padres que abandonaban a sus familias, hijos que no cuidaban de sus padres envejecidos, y padres que mataban a los hijos que no deseaban, entre ellos los débiles o los que tenían defectos físicos. En Ro 1:31, Pablo usó este término para mostrar lo lejos que estaban los seres humanos de la perfección original. En 2Ti 3:3 lo usó para indicar cómo actuarían las personas en estos últimos días difíciles.

Multimedia

Video Información sobre Romanos
Video Información sobre Romanos
Bloques de viviendas en la antigua Roma
Bloques de viviendas en la antigua Roma

Este dibujo muestra cómo debieron ser los grandes bloques de viviendas de Roma o de la cercana ciudad de Ostia, el puerto de Roma. Solían ser edificios de varias plantas y con un patio interior, y cada una de sus fachadas daba a una calle distinta. Por lo general, los apartamentos de la planta baja tenían su entrada por la calle y se alquilaban para usarlos como negocios con vivienda incluida. En la siguiente planta había apartamentos de varias habitaciones, que solían alquilar los que tenían más dinero. Las plantas más altas estaban divididas en cuartos de diferentes tamaños. Los más pequeños eran los más baratos, pero también los menos deseables. Los inquilinos de las plantas altas normalmente dependían de las fuentes y los baños públicos. La mayoría de la gente de Roma residía en edificios como estos, así que es muy probable que en ellos vivieran algunos cristianos.

La ciudad de Roma
La ciudad de Roma

Roma era la capital del Imperio romano y fue construida en una zona que tenía siete colinas, al lado del río Tíber. A medida que crecía el Imperio, la ciudad se extendía. A mediados del siglo primero de nuestra era puede que Roma tuviera una población de más o menos un millón de personas, que incluía una importante comunidad judía. Es probable que los primeros cristianos de Roma fueran judíos y prosélitos que habían estado en Jerusalén en el Pentecostés del año 33 y habían escuchado a Pedro y otros discípulos. Y puede que estos nuevos discípulos hayan predicado las buenas noticias cuando regresaron a Roma (Hch 2:10). En su Carta a los Romanos, que se escribió alrededor del año 56, el apóstol Pablo escribió que por todo el mundo se hablaba de la fe de los discípulos de Roma (Ro 1:7, 8). En este video se ve una representación artística de algunos elementos característicos de esta ciudad, como puede que fueran en los días de Pablo.

1. Vía Apia

2. Circo Máximo

3. Monte Palatino y palacio de César

4. Templo de César

5. Teatros

6. Panteón

7. Río Tíber

Sinagoga en la ciudad de Ostia
Sinagoga en la ciudad de Ostia

En la fotografía se ven las ruinas de una sinagoga en la ciudad de Ostia, que servía de puerto de Roma. Aunque el edificio ha sufrido muchas alteraciones y renovaciones, se cree que la estructura original era una sinagoga construida en la segunda mitad del siglo primero. Su existencia indica que hubo judíos viviendo en los alrededores de Roma por mucho tiempo. Aunque el emperador Claudio expulsó a los judíos de la ciudad de Roma alrededor del año 49 o del 50, es posible que algunas comunidades judías se quedaran por la zona (Hch 18:1, 2). Tras la muerte de Claudio en el año 54, muchos judíos regresaron a la ciudad. De ahí que, cuando Pablo escribió su carta a los cristianos de Roma alrededor del año 56, la congregación estuviera formada por judíos y gentiles. Esto explica por qué Pablo trató temas relacionados con los dos grupos para ayudarlos a vivir en unidad (Ro 1:15, 16).

1. Roma

2. Ostia